"Somos ricos cuando nos hacemos
conscientes de que tenemos piernas para llevar el evangelio a los demás; brazos
para extenderlos hacia el que procure nuestra ayuda; y ojos para ver la
necesidad de nuestro prójimo y trazar planes para ir en su auxilio". (Como
él nos ve, Vladimir Polanco, Pag. 161).
Esta
frase se encuentra en uno de mis libros favoritos. Este libro lo he leído y releído,
pero siempre caigo en textos y frases como estas; procuro centrar mi atención
en no olvidar lo afortunada que soy cada día, de poder levantarme, respirar,
caminar, ver, escuchar, y tener la oportunidad de ayudar a quien lo necesite.
Pero, también procuro no hacer alarde de esto; la historia nos recuerda que
Jesucristo caminaba y realizaba el bien a sus prójimos, pero nunca escribió ni público
lo que hacía; este trabajo lo realizaron otros, y se realizó para que quedara
como ejemplo, y trascendiera por los siglos de los siglos.
Debemos
enfocarnos en extender nuestras manos y nuestros sentimientos de amor y caridad
a todo aquel que lo necesite, y procurar tener presente el versículo que dice: "Guardaos de hacer vuestra justicia
delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis
recompensa de vuestro padre que está en los cielos. Cuando, pues, des limosna,
no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas
y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya
tienen su recompensa." Mateo 6:1-2
Si
leemos completo ese capítulo 6 de Mateo, este hace referencia a que el
protagonista de toda misericordia y bondad que podamos brindar a los necesitados
es el mismo Jesucristo. No hay por qué alardear de la desgracia de los demás,
ni hacernos ver como los más generosos. No busquemos brillar por fuera,
procuremos que la luz de Cristo brille siempre dentro de nosotros. En este capítulo
se busca resaltar las cosas importantes para nuestra relación con Dios; primero
debemos morir a nuestro yo, a esa naturaleza humana que busca siempre mostrar
lo que no somos, pues si fuéramos no tendríamos necesidad de mostrar que
tenemos.
Luego,
está el ingrediente de la oración, permitir que Jesucristo sea el protagonista,
debemos acercarnos a Él con amor, humildad, arrepentimiento y deseo de hacer su
santa voluntad; no que repitamos frases automáticamente, sino que hablemos con Él
y le mostremos y entreguemos nuestro corazón. Habla del ayuno, de los tesoros
de los cielos, de lo importante de enfocarnos en las cosas celestiales, de lo
importante de priorizar el vivir y disfrutar el día presente y no afanarse por
lo que no ha llegado, así como también, de que no debemos juzgar a los demás.
Tristemente
nuestra naturaleza pecaminosa nos lleva a estar siempre haciendo las cosas
contrarias a las que Dios ha dispuesto para que hagamos y alcancemos la
felicidad genuina; por eso nos sentimos tan faltos de cosas que muchas veces no
logramos identificar o no logramos obtener. Y lo ilógico de esto es que lo único
que necesitamos es tener a Dios en nuestros corazones; y no solo tenerlo, sino
dejarlo que dirija nuestras vidas.
No
es en vano que dice la biblia en el mismo capítulo 6 de Mateo: “Más buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas.” (Ver. 33). Hoy podemos experimentar ese gozo de tener el corazón
lleno del amor de Dios, y compartir con los que necesitan, sin esperar tener el
protagonismo, sino, dándole el protagonismo a Dios Rey del Universo.
Hoy
prueba dar, regalar, brindar, ayudar, sin publicar ninguna foto, sin enviarla
por los chats a tus contactos; Dios ve la intensión de nuestros corazones y la intencionalidad
de nuestras acciones. Él quiere darte todo lo que tiene preparado para ti, que
es bueno en gran manera; abre tus brazos y recíbelo; abre tu corazón y habla
con El sinceramente como lo haría un hijo agradecido con su padre o progenitor.
Recuerda que no tenemos mayor ejemplo de amor, humildad, generosidad, caridad,
fortaleza, bondad, misericordia, coraje, y humanidad que la que nos enseñó
Jesucristo cuando moro en esta tierra.
Abre
tu corazón, abre tus brazos, abre tu mente. Vive la vida segundo a segundo;
disfruta, comparte, perdona, sonríe y ayuda. Dios es bueno todo el tiempo.
Bendiciones de parte de tus amigos de oloracielo.blogspot.com
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