Cuando estaba en secundaria, recuerdo haber
realizado el experimento de ver crecer una semilla de habichuela sobre un
algodón y dentro de un vaso. Este proceso me enseño que debía esperar para ver
salir la matita de la semilla de habichuela.
Luego,
al transcurrir los años, he aprendido a cultivar ese don tan precioso como es
el de la paciencia. Todos los días, con cada acción que realizamos debemos
poner empeño en realizar las cosas en el tiempo estipulado y con el cuidado y
dedicación que requiere cada cosa.
El
arte de ser paciente y a la vez prudente, deberían ser joyas que adornen
nuestro carácter; instrumentos que utilicemos para cada cosa que emprendamos;
para cada responsabilidad que asumamos; para ser ejemplo y dar ejemplo.
Jesucristo
al caminar en esta tierra, y con cada cosa que hacía, nos daba ejemplo de un
carácter dirigido a la disciplina, la paz, armonía, sabiduría y confianza;
todos estos atributos caracterizaban cada una de las acciones de Jesús, sin
mencionar el amor con las que realizaba todo.
Dios
en este día desea regalarnos una porción más de paz y ciencia; ¿Estás dispuesto
a aceptarla?, si es así, te invito a que repitas conmigo: Amado Dios y Señor
nuestro, en esta hora me entrego por completo a tu cuidado y dirección; recibo
con amor las cosas que quieres enseñarme en este día; y solicito la paz que
necesito y la sabiduría que me haga falta, para entender, asimilar y aceptar tu
voluntad, en el nombre de Jesús, Amen.
Querido
amigo, que Dios bendiga tu alma y tu vida, y que haga resplandecer su rostro
sobre ti. Dios te bendiga. Recuerda que en tu vida hay Olor a cielo.
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