Una de mis canciones favoritas dice de la siguiente manera:
Buenos
días mundo aquí vamos otra vez
Prepara bien tus armas
Que las mías son cristianas
Y no las podrás vencer
Buenos
días mundo aquí vamos otra vez
Tu trabajo es detenerme
Y el mío mantenerme
Es lo dicho por mi fe
Yo
sé que pondrás aflicción
Yo sé que pondrás tentación
Querrás que caiga y acusarme con mi Dios
Yo sé que tú tienes poder
Mas quiero que sepas también
Que mi armadura es Cristo
Y no podrás vencer...
Ciertamente la mejor armadura de un cristiano es la fe que
ponemos en nuestro Dios. Cuando nos entregamos por completo a Él, podremos
tener la certeza de que El peleara nuestras batallas. Recordando lo que dice la
Biblia, nuestra lucha no es contra carne ni sangre, por eso dejo que Dios pelee
mis batallas; mi trabajo es confiar en que Él lo hará.
A mucha gente le intriga (y hasta les molesta) mi forma de
proceder en los procesos difíciles que me han tocado vivir, pero a mí me place
ver como ellos mismos pueden ver el poder de Dios manifestado. No hay mayor
prueba de amor y de fe, que la que das por testimonio, los cuales
mostraran los milagros recibidos de parte de Dios; y mi vida sin dudar está
llena de ellos.
Así que hoy grítale al mundo: "Aquí vamos otra vez"; pídele
a Dios que renueve tus fuerzas y que te permita vivir de milagro en milagro.
Dios te bendiga, y recuerda que hay Olor a cielo.
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