Muchos de
nosotros tenemos basto conocimiento de lo que dicen las sagradas escrituras (la
Biblia), referentes a ser buen cristiano; muchos de nosotros acomodamos lo que
dice, de forma que no interrumpa nuestra cotidianidad; no somos capaces de solo
hacer, solo queremos saber.
Conozco personas que pueden recitar de
memoria lo que dice la Biblia, pagina por página, que incluso puede discernir
con cualquier teólogo los diferentes temas que son controversiales para las
iglesias (por estos temas existen tantas religiones diferentes); pero esas
personas no son capaces de aplicar lo que saben y volverlo practico en sus
vidas.
La verdad es que Dios en cada letra o instrucción
dejada a través de la Biblia para el ser humano, lo que quería en realidad era
que buscáramos la forma de hacerlo practico, no teórico; el cristianismo no se
trata de memorizar pequeñas porciones de la Biblia, sino de HACER esas pequeñas
cosas que la Biblia nos invita a hacer para poder acercarnos a Dios.
Algunas de esas cosas que Dios pide a través
de la Biblia que nosotros practiquemos es, por ejemplo: que amemos a nuestros
enemigos, que demos al que necesita, que hagamos el bien a todos sin excepción,
que no juzguemos, que amemos a Dios, que amemos a nuestro prójimo, que
aprendamos a compartir lo que tenemos con los pobres, entre otros muchos temas,
que por ser un poco controversiales no tratare en este momento, pero les
adelanto que incluso la forma de alimentarnos y de sanarnos físicamente está
escrito en la Biblia.
Es definitivamente un manual maravilloso de
vida, que si nos detuviéramos a practicar, nos sería de gran beneficio tanto físico,
como espiritual. Definitivamente lo que el hombre en sentido general necesita
es "hacer, decir, vivir y practicar lo que aprende en la Biblia"; no teorías
ni explicaciones, ni justificaciones, ni acomodaciones de hombres. Solo la
palabra de Dios salva, limpia y sana el alma y el cuerpo de todo ser humano.
Hoy te invito a que reflexiones en ¿Qué tanto sabes de la Biblia? Y en ¿qué
tanto prácticas de la Biblia?, contestemos estas preguntas y reflexionemos; de
seguro que tendremos que hacer unos ajustes; pero estamos en el mejor momento
de nuestras vidas para hacerlo.
Recuerda que Dios es bueno todo el tiempo, y que hoy es el día que hizo
el Señor para que podamos transformar nuestro lamento en canto de júbilo,
alabanza y alegría. Dios te bendiga y te guarde. Bendiciones.
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