Significa dar un mal ejemplo de lo que es «ser
cristiano» a las personas que te están observando.
Amar a otras personas es algo más difícil de lo que parece,
aunque no lo creas. Las personas diariamente nos decepcionan, se interponen en
nuestro camino, hieren nuestros sentimientos, nos malentienden y hablan a
nuestras espaldas. Pero, aun así, esto no debe ser motivo para convertirnos en
piedra de tropiezo de nadie.
Debemos amar incondicionalmente, tal como Dios nos ama, sin
importar si nos hacen el bien o nos hacen el mal; esto nos dará la paz
espiritual que necesitamos en la actualidad; en medio de tantas prisas, la desesperación
y confusión se ponen a la orden del día, y nos llevan a cometer errores
incorregibles; centremos pues nuestro esfuerzo en recibir y dar la paz y el
amor de Dios, lo cual lo hacemos al permitir que ese mismo amor fluya hacia los
demás.
Recuerda que siempre puede haber alguien
observando lo que dices y haces, por eso no seas piedra de tropiezo para ellos,
sino un buen hijo de Dios que muestre su amor a los demás como
hacía Jesucristo. Dios siempre nos mira, nos ama y nos perdona.
Bendecido día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario