jueves, 19 de agosto de 2021

La curiosidad....



He crecido escuchando decir que "La curiosidad mato al gato" y creo sinceramente que es una frase digna de utilizar en estos tiempos, cuando vamos a dirigirnos a nuestros jóvenes. 

Es verdad que en estos tiempos es muy difícil confiar tanto en una información como en un contenido; imagínate lo que eso puede representar para la juventud, la cual no ha pasado por todas las experiencias que pueda llegar a tener un adulto mayor.

Estas mismas experiencias son las que van forjando, en nosotros, una coraza extraordinaria, en contra de los engaños de este mundo; pero lamentablemente nuestros jóvenes no tienen la capacidad de discernimiento con la que cuentan los más adultos; es por esto que es de suma importancia trabajar con ellos, para ellos y por ellos. Hagamos que el nivel de curiosidad en ellos sea mínimo; ayudémosle lo más que podamos; colaboremos con la mejor de las causas.

En la biblia podemos encontrar muchas historias en la que relatan asombrosos milagros con niños y jóvenes; pero una de las historias que más me gusta es el de la hija de Jairo; Este hombre era un líder de una sinagoga, por ende era un hombre importante (dentro de la sociedad de esa época), ante los ojos de los hombres; pero ese mismo hombre reconocía que a pesar de todo lo que podría haber tenido de poder en esta tierra, Jesus era más poderoso, Jesus tenía el poder de poder salvar a su pequeña hija amada de tan solo 12 años.

En primer lugar, este hombre va al encuentro con Jesus (nosotros los padres, estamos llamados a ir en busca de Jesucristo, a conocerle, a entregar nuestras vidas a Dios), luego le ruega a Jesus que salve a su hija, él estaba seguro de que Jesus podía hacerlo.

En segundo lugar, reconoció su debilidad, en un momento de desaliento, cuando fueron a decirle a Jairo que su hija había muerto, que ya no había tiempo (humanamente hablando), Jesus se acerca y le dice a ese padre triste "no temas, solo cree en mi"; cuando estuvieron en la casa de Jairo, Jesus pidió que lo dejaran solo en la habitación, solo con sus discípulos, los padres de la niña y El; esto debe darnos un ejemplo muy concreto de en quien debemos colocar la confianza de instruir, cuidar, vigilar y ayudar a nuestros hijos; solo a las personas que tienen la misma convicción de nuestra fe, a los padres, porque es nuestra responsabilidad y por sobre todo a Jesus.

Hoy te sugiero que cualquier curiosidad que puedan tener tus hijos, nuestros jóvenes, niños, etc., estamos en la obligación de ayudar, de brindar ese apoyo que ellos puedan necesitar, para poder sobrevivir en este mundo tan complicado.

Les regalo esta estrofa de una canción que me encanta:

Pon tu fe en Jesús
Y verás qué fácil es
Compartir, vivir, amar
Caminar, correr, volar
Pon tu fe en Jesús
Y verás que tú podrás
Luchar sin miedo a nada
Y sin necesidad de espada
Si pones tu fe en Jesús

Hoy pon tu fe, tu familia y tus proyectos en las manos de Dios. Bendiciones.

 


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Sea tu si, si y sea tu no, no.