¿Qué es el pasado?
Con certeza podemos decir que el pasado es el tiempo que
ya sucedió y que, en una línea cronológica, ha quedado atrás. Por lo que ya no
podemos modificar lo que pasó. Y entonces si ya no podemos modificar lo que pasó,
¿por qué continúa mortificándome?
Cuando solemos pensar en el pasado, de
seguro que nos trae una serie de sentimientos que pueden ser tanto de bienestar
como de tristeza; y por esto mucha gente concuerda en decir y asegurar que no
debemos estar pendientes de él. Hay otras personas que dicen que recordar es
vivir, y así por el estilo, encontraremos diversas opiniones sobre el tema.
Pero lo cierto es que el pasado ya no
se puede modificar; y que si queremos recordarlo con anhelo, amor y alegría,
entonces deberíamos esforzarnos un poco más en nuestro presente ya que a cada
minuto es esa la oportunidad que tenemos de convertir nuestro pasado en un recuerdo
agradable e inolvidable.
Recordemos siempre lo que dicen estos versículos:
“He entendido que todo lo que Dios
hace será perpetuo; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo
hace Dios, para que delante de él teman los hombres. Aquello que fue, ya es; y
lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó. (Eclesiastés 3:14-15)”.
Dios trabaja a cada instante de
nuestras vidas en nuestro favor; aprovechemos pues esa ayuda idónea para
trabajar en forjar un presente armonioso, en paz, lleno de alegrías, buena
voluntad, buena disposición, cargado de energías positivas, lleno de esperanza
y sobre todo, lleno de amor; con esto estaremos asegurando que, al pensar en
nuestro pasado, podamos sentir sentimientos de satisfacción y gratitud.
Dios nos ama, nos perdona y nos
dirige, si se lo permitimos. Bendecido día.
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