Así,
los que somos más fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles, y
no agradarnos a nosotros mismos. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo
que sea bueno para la edificación. (Romanos 15:1-2).
En
este pasaje bíblico se nos exhorta a que ayudemos a nuestro prójimo; que no
busquemos el alardear, ni la gloria de nuestras acciones; que seamos ayudadores
en la edificación de los demás, pero, ¿cómo hacerlo?; entendemos que para edificar algo, debes tenerlo
ya concebido en tu mente y debes tener el deseo de hacerlo y las herramientas
para lograrlo.
Por
esto, hoy te invito a que, por medio de la palabra puedas encontrar aquellas herramientas necesarias para ayudar a la edificación del prójimo, que a la vez servirá
para edificación propia; ya que a medida que enseñamos, también tenemos la oportunidad de aprender.
Agrada
a tu prójimo, sé motivo de alegría y esperanza para los que te conocen y aun
para los que no te conoce; se, por sobre todas las cosas, imitador de Cristo.
En los
versículos 5 y 6 del mismo capítulo 15 de Romanos nos da la clave para hacer
esto y dice cuál es el propósito; nos dice que “…el Dios de la paciencia y el
consuelo, os de entre vosotros un mismo sentir, según Cristo Jesús. Para que
unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”.
Pídele
al Señor nuestro Dios, lo que Él está dispuesto a darte y unánimes glorifiquemos su nombre. Que tengas un excelente día, son los deseos de tus amigos de www.oloracielo.blogspot.com
bendiciones.
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