viernes, 29 de noviembre de 2019

¿Escuchaste o simplemente oíste?


¿Te has molestado tú, en comprobar lo que afirmas? Más que nada para poder defender correctamente tus ideas....

Muchas veces somos portavoces de conceptos e ideas ajenas que están tan fuera de lugar que hasta sin terminar de dar nuestras opiniones tenemos que callarnos o cambiar de tema, porque en nuestra mente (después) organizamos las ideas y entonces surgen las dudas.

Al surgir dudas es cuando somos capaces de movemos a investigar un poco más. Y es ahí cuando podemos emitir un juicio que puede resultar hasta oportuno y esperado. Con ideas para solucionar conflictos, aclarar dudas o evitar (incluso) tragedias.

Salomón fue muy sabio cuando escribió en Eclesiastés 3:7 ” hay tiempo de callar, y tiempo de hablar”.

Saber cuándo guardar silencio refleja en nosotros la humildad para estar dispuestos a escuchar. Existe una gran diferencia entre escuchar y oír. Oír es solo percibir sonidos, en cambio cuando realmente escuchamos es cuando prestamos verdadera atención.

Por esto, amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse. “Santiago 1:19”

Con este pensamiento te invito a que meditemos sobre todas las cosas que hoy escuchemos. Que podamos set canales de bendición para las personas que nos rodean.

Feliz fin de semana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sea tu si, si y sea tu no, no.