En estos días, en que la
sociedad reconoce como semana santa, vemos como se llenan las playas, los
campos, los lugares de esparcimiento, y vemos también como las iglesias van
quedando vacías….
Es una costumbre ya, que las
personas que trabajan mucho, pues decidan ir de vacaciones en estos días,
aprovechando para disfrutar con sus hijos y seres queridos; En esta búsqueda incesante
de descanso, relajación y esparcimiento, muchas de esas personas, lamentablemente,
encuentran la muerte, tanto física como espiritual. Y preguntaras ¿Cómo así?,
pues si, también somos capaces de experimentar la muerte espiritual, que es lo más
devastador para el ser humano; Pues cuando ocurre la muerte física, de una
manera u otra, el problema llega hasta ahí, pero cuando padeces la muerte
espiritual, ahí es justamente cuando comienza tu desgracia.
Los discípulos de Cristo
cuando iban al desierto para orar, si estaban con su maestro permanecían alertas
para orar, pero si Jesús se retiraba un poco más para una comunión más íntima
con Dios, pues los discípulos entraban en su isla imaginaria y perdían la dirección
y el propósito con el cual habían ido a orar.
Eso es justamente lo que
pasa, cuando decidimos por nosotros mismos practicar una muerte espiritual; Y
la experimentamos cuando, en lugar de alimentar el alma, alimentamos los
apetitos de la carne, decidimos hacer lo que es de agrado al cuerpo y no al espíritu,
decidimos complacernos nosotros mismos, en vez de buscar complacer a nuestro
Dios; No seamos parte de esa gran multitud que se avoca por disfrutar, beber,
comer, y hacer tantas otras cosas sin límites, olvidándose completamente de
Dios, y que al pasar estos días de semana santa y despertar el próximo lunes
experimentan su triste realidad, la realidad de que quizás gastaron lo que no podían,
o que quizás fueron protagonistas de accidentes o situaciones lamentables para
la familia.
Querido amigo, te invito a
que esta semana sea una semana especial, que la tomes para tener un encuentro
genuino con nuestro Dios, que decidas hacer las cosas que a Él le agradan, que
no te apartes de los conocimientos cristianos. Que puedas disfrutar de tu familia
y seres queridos al máximo y que ellos puedan ver en ti la transformación espiritual
y física por la cual Jesucristo fue crucificado en la cruz del calvario.
Que disfrutes una semana santa
en la paz del señor, consciente de que tus acciones serán ejemplo o motivos de
juicio para las personas que te rodean.
Que la paz de Dios te
acompañe hoy y siempre, y que la santificación
de tu vida sea ahora. Bendecido lunes.
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