¿No te ha pasado que crees
ver algo y no es así?, nuestra mente es capaz de generar imágenes que no son
reales y que nos pueden parecer tan reales que cuando lo analizamos nos
asustamos.
Una vez estaba en una
gasolinera en los alrededores de mi casa lavando el vehículo, y de repente vi
llegar la camioneta de mi esposo que había ido a buscar a mi hijo a las clases de karate que
terminaban a las 6 de la tarde. Llegaron, echaron combustible y los alcance a
ver y los salude y ellos me saludaron y se marcharon. A los 5 minutos recibo
una llamada de mi esposo que me pregunta “¿Dónde estás?”, yo, desconcertada,
asustada y enojada, le contesto: ¿Cómo que dónde estoy?, acabas de verme en la
gasolinera, ya estoy terminando de lavar el vehículo para irme a casa.
Tremenda fue la respuesta
que recibí de mi esposo que me dice: “yo estoy en la casa, te llamaba para
saber si vas a pasar a buscar a José (nuestro hijo)?...
Amigos, les confieso que ya
no sabía exactamente qué era lo que sentía, tenía una conjunción de
sentimientos en mí que me hicieron reaccionar quizás de una manera equivocada,
pues le conteste a mi esposo que no le creía, que él estaba jugando conmigo y
que no lo volviera a hacer.
Pero otro montón de
sentimientos vinieron a mí en el momento que llegue a casa y confirmo con mi
hijo que, ciertamente, ellos no eran las personas que yo había visto en la
gasolinera, pues mi esposo estaba en casa y mi hijo regresó a casa en
transporte público. ¡Vaya que decepción!. Mi mente había creado unas escenas
muy interesantes en mi cabeza que no eran ciertas, todo fue un engaño.
De esa misma manera hay
cosas en la vida que no son lo que parecen, y que debemos dedicar ciertos
cuidados especiales para que no nos afecten.
El título de hoy quiere
referirse a esas cosas que vemos y las que no podemos ver. El ser humano tiene
la costumbre de cuidar (a veces no con tanto esmero como lo requiere) las cosas
que podemos ver, y no dedicamos ni tiempo ni atención a aquellas otras cosas
que no se ven. Por ejemplo, ¿una cosa que se ve? Un cuerpo bien cuidado, las
cosas materiales que nos rodean, etc; ¿algo que no se ve? Los sentimientos, las
palabras, las intenciones, los deseos…
El cuerpo es algo que se ve,
pero el espíritu no lo podemos ver, y de los dos debemos tener sumo cuidado.
Debemos saber que el cuerpo es templo del Espíritu Santo y que el espíritu debemos
alimentarlo mediante la oración y el estudio de la palabra de Dios.
Pablo en el libro de 2 corintios
4:18 nos dice: “… no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se
ven; pues las cosas que se ven son temporales, más las que no se ven son
eternas”. Que hermoso seria si entendiéramos este versículo y nos propusiéramos
en nuestras mentes y en nuestro ser, cuidar con sumo esmero aquellas cosas que
no se ven, porque ciertamente las que se ven son pasajeras, pero esas que no se
ven nos acompañaran hasta la eternidad.
Medita hoy en esas cosas que
no puedes ver, pero que pueden afectar tu vida de tal manera que pueden acercarte
o alejarte de Dios; Cuida con esmero tu cuerpo, porque es templo del Espíritu
Santo, pero no te olvides de cuidar tus palabras, tus sentimientos, tus emociones,
que tendrán repercusión en tu relación con Dios y con tu prójimo.
Que tengas excelente día y
que la paz de Dios te acompañe hoy. Dios te bendiga.
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