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Timoteo 1:7, que dice “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de
poder, de amor y de dominio propio”.
Poder: el
poder en su plano más amplio significa que se utiliza para describir la facultad,
habilidad, capacidad o autorización para llevar a cabo una determinada acción, también
puede significar poseer mayor fortaleza corporal e intelectual en
relación a otro individuo.
En el contexto que quiero presentarlo hoy es en el
plano obviamente espiritual. Dios nos otorgó el poder de gobernar sobre lo que
el mismo Dios creo antes que el hombre, y dice en Hebreos 2:5 que Dios hizo al
hombre un poco menor que los ángeles. Pero la esencia de este poder otorgado
era, es y será (hasta que Cristo venga) la administración de todo lo que Dios
creo incluyéndonos a nosotros mismos. Así lo expresa el texto bíblico que dice:
Tomo pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo
labrara y lo guardase. (Génesis 2:15), y recordando que nuestro cuerpo fue
creado por la propia mano de Dios, debemos comenzar a cuidar de nosotros mismos
para así poder cuidar a otros.
Este
es el primer regalo.
Amor: el
significado de amor es un poco más complicado de explicar, ya que puede abarcar
muchos más aspectos de nuestras vidas, cosas, personas, etc… pero al amor que
me quiero referir ahora es al amor con el que Dios se describe así mismo, ese
amor requiere sacrificio y entrega, por el cual Dios entregó a su hijo para
morir por la humanidad.
Es ese amor el que Dios
entrega a cada hijo suyo, es ese amor que nos acerca cada vez más a la perfección
de Dios, es ese amor que debe reinar en nuestras vidas y en nuestro entorno
cada día. Meditemos en la palabra de Dios que nos dice en 1 Juan: 1:1- 3
MIRAD cuál amor nos ha dado
el Padre, que seamos llamados hijos de Dios: por esto el mundo no nos conoce,
porque no le conoce a él.
Muy amados, ahora somos
hijos de Dios, y aun no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que
cuando él apareciere, seremos semejantes a él, porque le veremos como él es.
Y cualquiera que tiene esta
esperanza en él, se purifica, como él también es limpio.
Este
es el segundo regalo.
Dominio
propio: esto se refiere a esa capacidad que nos
permite controlarnos a nosotros mismos y a nuestras emociones, y no, que estas
nos controlen a nosotros. Científicamente es una reacción física a un
pensamiento. Pero lo que obviamente les quiero compartir es lo referente al significado
de esto en una persona renovada por el Espíritu de Dios. No hemos sido capaces
de controlarnos en ningún escenario, y esto es desde tiempos remotos, cuando
entro el pecado en este mundo, domino los sentidos y modifico nuestra respuesta
ante ciertas situaciones.
Pero, gracias a Dios, y esto
nos lo recuerda su palabra en cada libro que la compone, tenemos ejemplos,
muchos y suficientes para corroborar que, con la ayuda de Dios y transformados
por el poder de su Espíritu Santo, podemos ser capaces de moldear nuestra vida
a este don maravilloso de nuestro Padre Celestial.
Cuando seamos transformados
por el poder de Dios, entonces diremos como Pablo en Filipenses 3:13-14, “Hermanos,
yo mismo no pretendo haberlo alcanzado ya; pero una cosa si hago: me olvido
ciertamente de lo que ha quedado atrás, y me extiendo hacia lo que está
adelante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en
Cristo Jesús.” En el nombre de Jesucristo.
Y
finalmente este es el tercer regalo, ¡disfrútalos!.
Feliz día mis amores.
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