Existen
muchas cosas, cualidades, dones, etc, que Dios todos los días coloca a disposición
de sus hijos, los que conforme al corazón de Dios han sido llamados. Qué bueno
que cada día Dios nos recuerda a través de la Biblia las cosas de las cuales
hemos sido dotados, o podemos ser dotados, conforme a la voluntad de Dios. Hoy
les comparto la lectura que se encuentra el libro de 2 Timoteo 1:7, que dice “Porque no nos ha dado Dios espíritu de
cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”.
Cada
una de estas características o cualidades o dones o talentos, como las quieras
llamar, nos muestra el gran amor de Dios por sus hijos, y nos confirma que nos
han dotado de las herramientas necesarias para poder hacer frente a las
adversidades de este mundo de la mano de Jesucristo.
Agradezco
cada día de mi vida por la oportunidad que Dios me brinda desde el momento que
puedo abrir los ojos. Levantarme de la cama ya es un logro para cada día, imagínate
que existen personas en este mundo que se acuestan en la noche y ya en la
mañana no se pueden levantar (muchas veces quedan sus cuerpos inertes tendidos
en la cama que en la noche anterior los recibió solo para descansar unas
cuantas horas), pero así es la vida del ser humano en este mundo lleno de
muerte, de pecado y de desesperanza.
La única
manera de sobrevivir en este escenario es, reconocer que somos seres
imperfectos y que necesitamos de la ayuda de nuestro padre Celestial; Y así
como empieza el libro de los salmos diciendo:
¡Feliz
el hombre
que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los impíos,
sino que se complace en la ley del Señor
y la medita de día y de noche! (Salmos 1:1-2)
que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los impíos,
sino que se complace en la ley del Señor
y la medita de día y de noche! (Salmos 1:1-2)
…podamos
encarnar ese papel.
Que
nuestra complacencia sea meditar en la palabra de Dios de día y de noche, que
abracemos las promesas de nuestro Padre y que coloquemos en sus manos nuestros
miedos, imperfecciones y carencias. Y entonces al final de cada día podamos
decir llenos de regocijo: ¡Que todos los seres vivientes alaben al
Señor! (Salmos 150:6), porque esta expresión es una prueba de la
experiencia vivida “en vivo y en directo”, y sin intermediarios, con el mismo
Dios de paz.
Que
el Dios de Jacob, de Noé y de Abraham te llene de la seguridad y la paz que hoy
necesitas.
Feliz
y bendecido jueves.
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