“Levantaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi
socorro? Mi socorro viene del SEÑOR, que hizo los cielos y la tierra” (Sal 121:1, 2).
Cuando adquirimos la capacidad de reconocer que Dios es el creador de
los cielos y la tierra, entonces comenzamos a entender nuestra dependencia de
ese Ser tan poderoso y maravilloso; ese Dios de amor y de poder; ese Dios
sustentador y sanador; ese Dios protector y consolador; ese Dios fuerte y
perdonador; ese Dios amoroso y paciente…
Comencemos o terminemos hoy nuestra jornada, reconociendo ese poderío maravilloso
de nuestro Dios. Coloquemos cada una de nuestras metas, propósitos, carencias,
dificultades y sueños, en sus manos. Nuestro Dios no duerme tal como dice en el
libro de los Salmos; Él está siempre pendiente de nosotros, como todo padre. Dice
en su palabra “¿qué padre, si su hijo le
pide pan, le dará una piedra?”…
Dios está más que dispuesto a regalarnos todo lo que necesitamos, así
que hoy sal convencido de esto y grítale al mundo cuan bueno es Dios.
Confía en el amor del eterno y disfruta tu día al máximo.
Bendecido lunes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario