“Ya sea falsa o real, el
sentimiento de culpa divide nuestra mente, drena nuestra energía y despierta
inseguridad. Si permitimos que se prolongue, podemos comenzar a tener dudas
sobre la bondad y el amor de Dios. La depresión y la desesperanza pueden seguir.
Para hacer frente a la situación, algunas personas desarrollan impulsos
pecaminosos en un intento de reemplazar la culpa con algo placentero.
Cantidades excesivas de comida, televisión, internet, compras y ejercicio son
métodos comunes para tratar de rechazar los pensamientos de auto condenación. “
Esta cita me pareció muy
interesante, y quise compartirla con ustedes. En la lectura que hice hoy de la
biblia, me dirigí al libro de los salmos:
Salmo 32
1 Bienaventurado aquel cuya transgresión ha
sido perdonada, y cubierto su pecado.
2 Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa
de iniquidad,
Y en cuyo espíritu no hay engaño.
Y en cuyo espíritu no hay engaño.
3 Mientras callé, se envejecieron mis huesos
En mi gemir todo el día.
En mi gemir todo el día.
4 Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu
mano;
Se volvió mi verdor en sequedades de verano.
Se volvió mi verdor en sequedades de verano.
5 Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;
Y tú perdonaste la maldad de mi pecado.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;
Y tú perdonaste la maldad de mi pecado.
6 Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que
puedas ser hallado;
Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él.
Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él.
7 Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia;
Con cánticos de liberación me rodearás.
Con cánticos de liberación me rodearás.
Y entendí por qué es tan
dañino el sentimiento de culpa. Es tan frecuente sentirse culpable por
cualquier cosa, hasta cosas insignificantes, a veces fuera de lo común, ajenas,
inexistentes, etc.
Pero Dios nos recuerda hoy
que somos hombres y mujeres bienaventurados cuando depositamos nuestras cargas
en las manos de Jesús. Cuando entendemos que Él tiene el control y el poder de
cambiar las circunstancias que nos rodean, entonces llegamos a ser mejores
seres humanos, alcanzamos la bienaventuranza de nuestro Dios.
No callemos esos
sentimientos, vayamos a los brazos de amor de nuestro Padre eterno y contémosle
todo lo que nos sucede, El entiende, El restaura, El sana, El da vida…
Hoy te deseo un día
maravilloso, lleno del amor de Dios y libre de sentimientos de culpa. Recuerda
que Dios es bueno todo el tiempo, todo el tiempo Dios es bueno.
Bendecido día.
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