¿Cuál es tu piedra de tropiezo?

¿Cuál es tu piedra de tropiezo?

Un día estaba Jesús frente a la tumba de su buen amigo Lázaro y rodeado de las personas que le conocían, y en medio del dolor y de los reclamos de las hermanas del difunto, Jesús le dijo a las personas que allí se encontraban: “Quitad la piedra. Marta, hermana del que había muerto, le dijo*: Señor, ya hiede, porque hace cuatro días que murió”. (Juan 11:39)

Yo les hago una pregunta: ¿podía Jesús quitar la piedra?, claro que sí. Jesucristo solo con pensarlo era capaz de quitar la piedra y hasta desaparecerla, pero en ese momento, así como en cualquier momento de nuestras vidas en el cual nos encontramos ya sea solo, rodeado de familiares de amigos, llenos de problemas, angustiados, etc… Dios nos dice tal como le dijo JESUS a esas personas en ese momento, Quitad la piedra, quita la piedra de tropiezo, sin pensar como Martha que decía que hedía porque tenía ya cuatro días de fallecido. A veces nos acostumbramos tanto a las cosas incomodas, malas, de poca calidad, mal hechas, que es más fácil continuar con ellas que intentar quitar la piedra.

Jesucristo nos recuerda hoy que debemos quitar esa piedra que nos está estorbando, nos quita la calma, nos desconcentra de nuestra meta, nos impide ver el camino por el cual debemos caminar, nos nubla el pensamiento, nos distrae…

Dios quiere que hagamos el esfuerzo y pongamos manos a la obra. Anda quita esa piedra, muévete de tu zona de confort y ve en busca de tu milagro. Dios está más que dispuesto a dártelo; No veas cuanto tiempo llevas allí esperando que la piedra por si sola se mueva, ni esperes simplemente un milagro sin esforzarte aunque sea a recibirlo con gozo.

Pelea la buena batalla de la fe, como lo hizo Pablo y como lo hicieron cada uno de los personajes bíblicos que movieron su piedra, no importando las adversidades que les rodeaban, solo movieron la piedra y recibieron su milagro.

Levántate, renuévate como el Águila y disfruta de este día tan lindo y maravilloso que Dios ha preparado para ti y para mí.

Cristo te ama, te sustenta y espera por ti.

Dios te bendiga.