jueves, 27 de diciembre de 2018

Llena tu vasija:

Llena tu vasija:

Una vez participe de una dinámica en una iglesia de esta ciudad, en la cual los participantes debíamos escribir en papeles en blanco, las cosas que en algún momento de nuestras vidas nos hicieron sentir feliz, dichoso, amados, alguna acción que nos hiciera sentir bien con nosotros mismos y con los demás. Con esos papelitos, luego nos indicaron que lo depositáramos en una vasija muy grande, la cual debíamos llenar con dichos papelitos, dicha vasija se encontraba en el centro del salón donde se llevaba a cabo la actividad.

Al inicio muchos comentaron que la vasija era muy grande y que los participantes eran pocos para lograr llenarla, pero a medida que íbamos escribiendo, muchos de los participantes se reían, otros secaban las lágrimas de recordar esos momentos (por alguna razón), muchos pedían otro papel, pues ya se había llenado el que le habían dado inicialmente. Y así la mayoría de los participantes utilizó más de uno.

Antes de la coordinadora verificar como había quedado la vasija, se acercó al centro del salón y coloco allí una vasija pequeña, donde debíamos colocar otros papelitos, pero esta vez con las cosas malas y desagradables que habían acontecido en nuestras vidas, esas cosas que nos hacían sentir tristes; Allí después de haber colocado cada uno lo suyo, se procedió a verificar que la vasija pequeña estaba rota y que le faltaba un lado por donde se escapaban los papelitos.

En la vasija grande (que dicho sea de paso era hermosa) se pudo contactar que (aunque parecía increíble) estaba casi llena. Llena de tantas cosas buenas, agradables, maravillosas que pudimos recordar los participantes de acontecimientos pasados. Pero la vasija pequeña también estaba casi llena, aunque,  los papeles estaban en el suelo porque estaba rota y no podían permanecer dentro de ella.

Luego entonces, la coordinadora pidió la palabra para explicarnos el significado de esto, y nos dijo: ven que la vasija grande no se llenó?, la razón es que no existen suficientes obras buenas y de amor que puedan rebozar nuestra capacidad de dar.

Y la vasija pequeña representan las cosas negativas o malas que nos suceden, nunca serán tantas que puedan rebozar nuestros corazones y hacernos olvidar de las cosas buenas que Dios nos ha dado.

La exhortación final fue: que llenemos nuestras vasijas de más obras de amor y de bondad (porque todavía caben) hacia nuestro prójimo, al cual no debemos de dejar de darle cosas buenas, esas cosas buenas que germinan de un corazón agradecido. También dijo: que nuestra familia, nuestro matrimonio, nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo, y todas las personas que nos rodean representaban al prójimo que a partir de ese momento tendría un papel principal en la película de nuestras vidas.

Esa vasija pequeña no pudo retener esos papeles, así como nosotros tampoco deberíamos retener en nuestros corazones esos incidentes que por alguna razón llegan a nuestras vidas y nos sacuden, nos entristecen, nos llenan (muchas veces) de ira, y de tantos sentimientos desagradables a los ojos de Dios.

Hoy pregúntate: ¿Cómo está mi vasija, y a cuál de las dos decidiré llenar?, Dios quiere llenar tu vida de cosas buenas, ¿estás listo para que El deposite en tu vasija?, Anda déjalo entrar, y veras como es capaz de transformar nuestro lamento en canto.

Como dice el Salmo 30:11

Has cambiado mi lamento en baile;
Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.

Que así como el Salmista nos da testimonio de lo que Dios hizo en su vida, nosotros demos testimonio también de las maravillas de nuestro Dios obrada en nuestras vidas.


Bendecido día, y que la paz de Dios colme tu corazón en este instante.

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