martes, 5 de agosto de 2025

La carrera de la fe.

 



Querido amigo/a, nuestra vida de fe a menudo se enfrenta a pruebas, dificultades y tentaciones que nos pueden llevar a la desesperación y a la tentación de rendirnos. Sin embargo, la Biblia nos da innumerables ejemplos de perseverancia y la promesa de que Dios está con nosotros en todo momento, incluyendo los tiempos de adversidad.

Hebreos 12:1-3 (RV1960) nos exhorta: "Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos rodea, y corramos con paciencia la carrera que nos es propuesta, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo que le estaba propuesto sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios."

Este pasaje nos recuerda que no estamos solos en nuestra lucha y nos dice en quien debemos mantener nuestra mirada y nuestras esperanzas. Tenemos una "nube de testigos", los fieles de todas las épocas que han perseverado en su fe a pesar de las dificultades. Nos animan a "correr con paciencia la carrera", reconociendo que el camino puede ser largo y difícil. Pero la clave está en "poner los ojos en Jesús", el ejemplo supremo de perseverancia. Él sufrió la cruz, pero perseveró por el gozo que le estaba propuesto: nuestra salvación.

Consideremos también el ejemplo de Job (Job 1-42). Job sufrió una pérdida inmensa, pero a pesar de todo, se negó a maldecir a Dios. Su perseverancia, aunque probada hasta el límite, fue recompensada. Su historia nos enseña que la fidelidad a Dios, incluso en medio del sufrimiento, es recompensada.

El Salmo 27:14 (RV1960) nos da una promesa consoladora: "Espera en Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera en Jehová." Este versículo nos anima a esperar en el Señor, a confiar en Su poder y en Su fidelidad. El esfuerzo y el aliento del corazón son importantes, pero la base de nuestra perseverancia es la espera confiada en Dios; aunque parezca larga la espera, al esperar en Jehová ejercitamos nuestra fe.

No rendirse no significa que no experimentaremos dificultades o fracasos. Significa que, a pesar de las caídas, nos levantamos y continuamos caminando en la fe, confiando en la gracia y el poder de Dios para fortalecernos. Significa perseverar en la oración, en la lectura de la Biblia y en la comunión con otros creyentes.

Te invito a orar ahora mismo, pidiendo a Dios fortaleza, perseverancia y la gracia para no rendirte en medio de las pruebas de la vida.

Pensamiento positivo: "Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis." Jeremías 29:11 (RV1960). Dios tiene un plan para tu vida, un plan de paz y esperanza, y te dará la fuerza para perseverar hasta el fin esta carrera de la fe; recuerda que hoy también hay Oloracielo.

Oración del día: Dios eterno y poderoso, tú que eres fiel en tu palabra, te ruego en este día que perdones mis pecados, incluyendo mi falta de fe y mi desanimo; dame las fuerzas para continuar esta carrera de la vida, y de no olvidar que tú estás conmigo en cada momento de mi vida. Te entrego mis planes para que, conforme a tu misericordia, tu amor y tu gracia, hagas realidad tu voluntad en mi vida. Cuida mis pensamientos, para que nunca olvide tus promesas. En el nombre de Jesucristo, Amen.

 


lunes, 4 de agosto de 2025

El cumplimiento de la ley.

 



Querido amigo/a, el tema sobre el cumplimiento de la ley y la relación entre la Ley de Dios y la crucifixión de Cristo siempre ha sido, y será, un tema complejo pero fundamental para la comprensión de la fe cristiana. Actualmente muchos afirman que la ley ya no es necesaria para la salvación, y es cierto en un sentido, pero es de suma importancia (primero) entender el contexto completo para evitar malinterpretar la enseñanza bíblica.

En la antigüedad podemos ver primero la ley que Dios le dicto a Moisés en el monte Sinaí (Los diez mandamientos, Éxodo capítulo 19 y 20) y también las leyes que el mismo Moisés escribió para encaminar y dirigir al pueblo (leyes morales y ceremoniales); no obstante, hoy quiero resaltar los aspectos más importantes de ambas, a mi juicio personal.

Los Diez Mandamientos, sin duda son un resumen conciso de la ley moral de Dios, un reflejo de Su carácter santo y justo. Aunque la crucifixión de Cristo nos libera de la condena de la ley (la pena por su quebrantamiento), no nos libera del cumplimiento de sus principios.

La idea de que los cristianos están "libres" de los Diez Mandamientos a menudo se malinterpreta. No estamos libres de obedecer los principios morales que reflejan. La diferencia crucial reside en cómo obedecemos:

  • Antes de Cristo: La obediencia a los Diez Mandamientos era un intento de ganarse la justicia de Dios, una búsqueda infructuosa, porque nadie puede cumplirlos perfectamente. (Romanos 8:3) La ley revelaba nuestro pecado y nuestra necesidad de un Salvador.
  • Después de Cristo: La obediencia a los principios morales de los Diez Mandamientos es un fruto de nuestra nueva vida en Cristo. El Espíritu Santo nos transforma, capacitándonos para amar a Dios y al prójimo, reflejando el carácter de Cristo. (Gálatas 5:22-23) No es una obra para ganar la salvación, sino una expresión de nuestra gratitud y amor por Dios, una respuesta natural a Su gracia.

Por ejemplo, el mandamiento "No matarás" (Éxodo 20:13) sigue siendo un principio moral fundamental para el cristiano. No lo obedecemos para ganar la salvación, sino porque el amor de Dios en nuestros corazones nos impulsa a respetar la vida humana. Si fallamos, la confesión y el arrepentimiento, junto con la gracia de Dios, nos restauraran.

Por otro lado, tenemos la ley de Moisés (estructura en el pentateuco, que son los primeros cinco libros de la Biblia, para regir lo social, lo religioso y legal en el pueblo de Israel), que sirvió para varios propósitos:

  • Revelar la santidad de Dios: La ley muestra la perfección y santidad de Dios, contrastándola con la imperfección del ser humano. Exponía el pecado, mostrando nuestra incapacidad para cumplirla perfectamente. (Romanos 7:7-13)
  • Guiar al pueblo de Dios: La ley proporcionó un marco moral y social para el pueblo de Israel, regulando su vida en todos los aspectos.
  • Preparar el camino para el Mesías: La ley sirvió como una sombra de las cosas por venir, apuntando hacia la necesidad de un Salvador. (Hebreos10:1)
  • Organizar la vida social y política: Las leyes regulaban la vida social, incluyendo las relaciones familiares, las normas de justicia, los sistemas económicos y la organización del gobierno. (Éxodo 21-23; Levítico; Números) Buscaban establecer una sociedad justa y ordenada.
  • Proveer un sistema de justicia: Las leyes establecían un sistema de justicia con normas para juzgar los conflictos y garantizar la equidad. (Éxodo 21-23; Deuteronomio) Este sistema buscaba proteger a los débiles y vulnerables.

La crucifixión de Jesucristo marcó entonces, un punto crucial en la historia de la humanidad. Jesús, siendo perfecto y sin pecado, cumplió la ley en su totalidad. Él murió en la cruz como sacrificio por nuestros pecados, pagando la pena que nosotros merecíamos. (Romanos 3:21-26) Este acto de sacrificio nos reconcilia con Dios.

¿Significa esto que la ley ya no es relevante? No completamente. La respuesta es matizada (quiero decir que no es una respuesta simple de "sí" o "no"):

  • La ley como norma de justicia: La ley ya no es el medio para nuestra justificación ante Dios. No podemos ser declarados justos por cumplir la ley, pues nadie puede hacerlo perfectamente. Nuestra justificación viene únicamente por la fe en Jesucristo y Su sacrificio en la cruz. (Romanos 3:28; Gálatas 2:16)
  • La ley como guía moral: Aunque no somos justificados por la ley, la ley sigue siendo una guía moral para los cristianos. El amor a Dios y al prójimo, el corazón de la ley (Mateo 22:37-40), sigue siendo un principio fundamental para la vida cristiana. El Espíritu Santo nos capacita para vivir una vida que agrada a Dios, guiándonos a través de la convicción y la transformación interior. (Gálatas 5:16-26)
  • La ley como reflejo de la gracia: La ley revela la necesidad de la gracia de Dios. Al experimentar nuestra incapacidad para cumplir la ley, reconocemos nuestra necesidad del Salvador. La ley no nos salva, pero nos lleva a Cristo.

En resumen, la crucifixión de Cristo no abolió la ley en su totalidad, sino que la cumplió y la trascendió. No somos justificados por la obediencia a la ley, sino por la fe en Jesucristo. Sin embargo, la ley sigue siendo una guía moral y un reflejo de la santidad de Dios, que nos ayuda a vivir una vida que le agrade. El Espíritu Santo nos empodera para vivir de acuerdo con los principios de amor y justicia que la ley revela.

Te invito a orar con sinceridad, para pedirle a Dios que nos ilumine en la comprensión de la relación entre la ley y la gracia en Jesucristo.

Pensamiento positivo: "Así que, hermanos, nosotros somos deudores, no a la carne, para vivir conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, habéis de morir; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis." Romanos 8:12-13 (RV1960). El Espíritu Santo nos capacita para vivir una vida de victoria sobre el pecado.

Oración del día: Bendito Dios y Padre bueno y eterno, toda gloria y honra sean dadas a ti; gracias por la oportunidad de poder estudiar tu palabra cada día, gracias porque nos das una oportunidad más para poder acercarnos más a ti por medio de la oración; Gracias por los Diez Mandamientos, que nos regalaste desde el principio de los tiempos con la finalidad de poder, por medio de ellos, acercarnos más y asemejarnos a ti, gracias porque hoy permanecen como referente de justicia, de moral y de tu amor para cada uno de nosotros. Danos la oportunidad de poder comprender tu ley, amarla, respetarla y aplicarla a nuestras propias vidas; ayúdanos a vivir tu amor, en el nombre poderoso de Jesucristo, y por la sangre de Su sacrificio derramado en la cruz del calvario por nosotros. Amen. 


¿Cómo puedo llegar a ser verdadero discípulo de Cristo?

  Comencemos definiendo la palabra Discípulo , según la Real Academia Española esto significa: Persona que aprende una doctrina, ci...