Cuando
estamos en aprietos es fácil recordar que existe un Dios que ha prometido
escucharnos y ayudarnos, es por esto que siempre clamamos en momentos de
dificultad a aquel que no podemos ver, pero que, por fe, esperamos obtener
respuestas.
Pero
¿qué pasaría si me olvidara de Dios?; es fácil responder esta pregunta, pues
cuando el ser humano está en tiempos de bonanza no suele recordad a Dios, no
solemos dar gracias, no podemos ver la mano poderosa de Dios, por la simple razón
de que estamos apreciando y disfrutando lo que tenemos.
Así de simple nos olvidamos de Dios. Dirás "yo doy gracias en todas las cosas", y yo te preguntaría: "diste gracias cuando no tenías nada, cuando estabas en aprietos, cuando te sentiste solo, cuando ya se te acabaron las fuerzas para continuar? ¿o solo diste gracias cuando obtuviste respuesta a tus peticiones?
El
ejercitar la fe consiste justo en esto, es agradecer lo que todavía nuestros
ojos humanos no pueden alcanzar a ver, pero agradecemos porque tenemos la
certeza de que en el Dios que hemos creído, es un Dios real.
El
ejercitar la fe, es ver lo que no tengo, no lo que ya tengo. Es agradecer por
lo que no tengo y aprender a vivir agradecido con lo que Dios, en su infinita
misericordia, ha provisto para mí. Es ver todo lo que Dios ha hecho en mi vida,
de todo lo que me ha librado, todo lo que ha hecho por mis hijos, por mi
familia, en mi trabajo, etc., es no perderme ningún detalle en esta vida, de
las cosas que he recibido por el amor incondicional de Dios para con sus hijos.
Así
que, si hoy solamente has dado gracias por haberte levantado, por tener donde
vivir, que comer, por tener agua, comida, hijos, familia, etc., también
recuerda dar gracias por aquello que has pedido pero que todavía no ves; te
aseguro que comenzaras a ver las respuestas de Dios más pronto de lo que
esperabas.
Recordemos
lo que dice en el Salmos 94 verso 6-7 "Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos
delante de Jehová nuestro hacedor. Porque él es nuestro Dios; nosotros el
pueblo de su prado, y oveja de su mano”.
Que
Dios te regale un día lindo, en comunión con nuestro hacedor, y que puedas ver todo
lo bueno que Dios te ha dado y todo lo bueno que está por venir. Dios te
bendiga y te guarde, recuerda que hay Oloracielo.
Oración
del día: Dios de
amor, bendito sea tu nombre desde ahora y para siempre; permíteme oh, Dios,
permanecer delante de tu presencia; guárdame y perdona mis pecados. Te
agradezco todo lo que me has dado y todo lo que por fe sé que recibiré de tus
manos. Gracias por un día más en el cual puedo respirar, ver, escuchar, tocar,
caminar... gracias por mis hijos, por mi familia, por el trabajo, gracias por
el aire que respiro, por los alimentos, por el sol y la brisa de la mañana;
gracias por sobre todas las cosas por tu amor incondicional e infinito para con
tus criaturas. En el nombre de Jesús, amen.
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