jueves, 21 de marzo de 2024

Todos los comienzos son difíciles, pero no todos son primavera….

 



Hoy comienza la primavera del 2024; es una estación maravillosa llena de vida, color y renovación. También es un tiempo en el cual podemos aprovechar mas las horas del día, ya que los días son mas largos, la luz del sol nos acompañara por más rato.

Esto podría ser un buen motivo para ir a la playa, para visitar los parques y jugar con nuestros hijos, para disfrutar de los viajes a los campos o a lugares apartados de la ciudad, o para simplemente poder llegar del trabajo a la casa con el sol afuera.

Esta estación del año tiene algunas particularidades muy interesantes y únicas, como, por ejemplo, es un tiempo de renacimiento de la naturaleza, después de un largo invierno (en países extranjeros, ya que en mi país el clima no tiene esa variación de temperatura tan marcada) donde los árboles se quedan sin sus hojas, en esta temporada aprovechan para comenzar a florecer nuevamente.

También es una buena temporada que los animales escogen para poder criar a sus crías. Se construyen nidos, algunos animales migran a países diferentes, se preparan para el apareamiento, entre otras cosas.

Para el ser humano representa un buen tiempo para disfrutar y apreciar parte de la naturaleza que nuestro Dios nos regaló; pero también es un tiempo perfecto para construir nuevas relaciones personales, realizar acercamientos especiales, visitar a ese familiar que no hemos visto desde el año pasado, planificar esas vacaciones que tanto necesitamos en familia, o tal vez realizar algunas transformaciones en el interior de nuestras casas, como puede ser un cambio de plantas ornamentales, empezar un jardín, etc.

Hoy paso a recordarte que también nosotros tenemos dentro de nuestro un jardín, que día a día debe ser cuidado, cultivado, abonado, regado y atendido. Ese jardín donde reposan nuestros sentimientos desea ser renovado, embellecido, transformado; y no hay mejor jardinero que nuestro Dios, quien desde el principio y con sus propias manos diseño un jardín hermoso y único en su especie.

invitémosle hoy, a que como experto en la materia, pueda venir y realizar un trabajo de renovación en este jardín tan importante, que tenemos por su misericordia y para nuestro beneficio.

El tiene las mejores técnicas y los mejores abonos para hacer que las flores de nuestro jardín resplandezcan, y embellezcan nuestras vidas. Dios en su palabra se describe como nuestra luz, salvación, vida eterna, también como nuestro Pastor, como refugio, como lámpara, nuestro amparo, fortaleza, etc….

Todos y cada uno de los calificativos que utiliza la Biblia para describir a Dios, representan cuidado y bienestar para el ser humano. Por esto hoy la invitación es a que dejemos que ese experto jardinero (DIOS) trabaje internamente en nuestras vidas y nos transformes, para que, así como vamos a disfrutar de esta temporada también se convierta en primavera dentro de nosotros, y podamos estar llenos de vida, amor, esperanza y gratitud.

Dios es nuestro alfarero, Permitámosle trabajar; Hoy es un buen día para empezar. Que la primavera inicie hoy adentro nuestro y nunca termine. Dios te bendiga y te guarde. Recuerda que hay Oloracielo.


domingo, 17 de marzo de 2024

Caras vemos... corazones no podemos cambiar.

 




En el antiguo testamento, una y otra vez, Dios insta a que guardemos su Ley en nuestra mente y en nuestro corazón; esta es una manera llana de decirnos que debemos aprenderla, recordarla y practicarla. Muchos de los israelitas al pasar por el desierto olvidaron lo que Dios había dicho y cómo Dios quería que se hicieran las cosas. 

Esto los llevó a recibir, una vez tras otra, duros tropiezos y desilusiones; incluso les llevó a perder su fe y esperanza en la tierra prometida. A pesar de todo aquello, Dios continuaba amando a su pueblo, y quería que obtuviera lo que Él había prometido. 

Estas promesas no sólo fue para aquel pueblo que caminó en el desierto, sino también para nosotros hoy, que nos hemos constituidos en ese pueblo espiritual que espera el pronto regreso de su salvador. Mientras realizamos esta espera, Dios continua diciéndonos cada día a través de su palabra, de sus mandamientos y de sus constantes misericordia, que nos ama incondicionalmente, que conoce nuestros corazones y que desea regalarnos corazones nuevos, que sean capaces de amar incondicionalmente.

Cada día muchos tenemos el privilegio de ver las caras de nuestros seres queridos, ya sean hijos, nietos, amigos, compañeros de trabajo, familiares, vecinos.... en fin podemos ver sus caras y podemos recibir aquello que ellos nos reglan con sus palabras, miradas o gestos. Pero hay una cosa que no podemos ver, no podemos ver sus corazones. Es por esto que Dios insistía en que debíamos guardar su ley en nuestra mente y en nuestros corazones. Él sabía que llegarían tiempos donde el hombre querría burlarse descaradamente de las verdades de la biblia y de la vida de Jesucristo aquí en la tierra.

Sabía que, incluso en las iglesias encontraríamos personas que nos recibirían con una gran sonrisa, pero que no tendrían ningún interés por el crecimiento espiritual de los miembros de la misma. Personas que van a las iglesias como si fuera un club social, donde solo se va a saludar, sonreír y pasar un buen rato.

Cuanta verdad hay en las palabras del proverbista cuando escribió: Guarda tu corazón con toda diligencia, porque de él mana la vida (Prov. 4:23). Amados lo que digamos o hagamos a nuestro prójimo, en algún momento de nuestras vidas determinara el camino a la salvación o a la perdición. No te imaginas cuantas personas no asisten a las iglesias porque allí encontraran personas tan malhumoradas como con las personas que tienen que lidiar cada día. Personas llenas de egoísmo, de rencor, de maldad, que simplemente no podrían hacer amena una visita al templo.

Ser miembro de iglesia no se trata de tener algún cargo, o de subir al púlpito cada semana, o de ser parte del coro de la iglesia, o de dirigir algún departamento de la iglesia; la responsabilidad de un miembro de iglesia es tan seria como la de ganar almas para Cristo, y no lo harán desde los bancos de la iglesia, deben hacerlo desde sus propios hogares, desde sus lugares de trabajo, desde aquel transporte público que deben tomar para dirigirse a algún lugar, desde el hospital, cuando aún no sientan deseos ni tenga fuerzas para hacerlo... esto es la verdadera esencia de ser cristianos.

Eso no lo podemos ver escrito en nuestras frentes, pero si lo podremos apreciar de tus palabras y pensamientos, no lo podremos ver en los corazones tangiblemente, pero si lo podremos apreciar con cada gesto o acto de amor, compasión y perdón que recibamos.

A esto es que hemos sido llamados, a seguir la cruz de Cristo y a servir al prójimo. Y para que no se nos olvide cuál es nuestra verdadera misión, debemos escribir la ley de Dios en nuestros corazones y en nuestras frentes, como lo instruyó el mismo Dios a su pueblo.

Hoy la invitación es para que estudiemos la palabra de Dios, a que la practiquemos, a que la vivamos. A que podamos sentirnos cada vez más cerca del Reino de Dios, pues su venida esta próximo; pronto veremos venir a aquel que prometió tener un lugar preparado para nosotros, donde ya no habrá mas llanto ni dolor, no habrán más muertes, no habrán más niños muriendo, no habrán quien haga el mal...

Lee la Biblia, te aseguro que llenaras de esperanzas y nuevas fuerzas tus días, para soportar todo lo que tenemos que lidiar en este mundo de dolor, y nos ayudara a esperar con gozo el retorno de nuestro salvador Jesucristo. Que Dios te bendiga y te guarde, recuerda que hay Oloracielo.  

 


De la desorganización a la organización.

  A veces, cuando tenemos mucho estrés, provocado por las muchas horas de trabajo, las pocas horas que dedicamos a dormir, por los compromis...