miércoles, 16 de noviembre de 2022

Tu opinión puede construir o destruir vidas. ¿Cómo la utilizas?

 





El sentido de la dignidad humana hace referencia al respeto que una persona siente por sí mismo, cómo se valora y cómo respeta y valora a los demás. La dignidad ontológica es innata, mientras que la moral es adquirida. La primera se desprende, entre otras cosas, del ser-​libre, mientras que la segunda es consecuencia del uso moral que hace cada uno de su libertad, es decir, del valor ético de sus decisiones.

Si nos vamos al plano meramente científico podríamos decir que la dignidad se refiere a cómo se valora a una persona y si se comporta con responsabilidad, seriedad y respeto por los demás.

En el plano espiritual, nos referimos a un individuo que este tan conectado con lo divino que no cometa pecado. Y viendo sinceramente esta definición, creo que ninguno de nosotros tenemos dignidad espiritual, pues estamos a la merced de los pecados de este mundo a diario, de una forma impresionantemente desvergonzada y no discriminatoria.

Todos nosotros, los que buscamos sinceramente la sabiduría a la luz del estudio de la santa palabra de Dios y de la comunicación con nuestro Dios por medio de la oración, debemos tener presente que formamos parte de este mundo sucio e impuro (por la raza que lo habita). Por lo que no tenemos la capacidad de señalar, ni mucho menos de tratar de minimizar o avergonzar a ningún otro ser humano.

Al emitir una opinión, muchas veces lo hacemos de la manera en la que menos lo percibimos; nuestros ojos sólo pueden percibir (ver) lo externo, la mente sólo puede imaginar (no necesariamente la realidad) lo interno, y la interacción continua y constante puede validar y contrastar las dos partes, aunque con cierto grado de no exactitud, ya que somos seres dados a cambios constantes, provocados o instantáneos (por reacciones adversas).

Esto nos coloca en un plano un tanto difícil para poder determinar si una persona es digan o no de algo; pero afortunadamente en la Biblia nos dice: “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y por la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. (Romanos 15:4)”.

Entonces sería muy inteligente de nuestra parte, antes de emitir cualquier opinión, escudriñar las escrituras a la luz del Espíritu Santo, pidiendo discernimiento y comprensión; y que en ese mismo sentido nos ayude a instruirnos a nosotros mismos, para luego poder AYUDAR a los demás. En 2Timoteo dice: “Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruido para toda buena obra. (2Tim. 3:16).”

Recuerda, al momento de ver a tu prójimo, antes de lanzar una opinión (crítica o constructiva), deberíamos detenernos e investigar cómo Jesucristo trataba a las personas mientras estuvo aquí en la tierra.

Por esto sería bueno enfocarnos en lo que dice el texto en Romanos 12:2 “Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.

Entonces el mensaje final es que al opinar sobre algo, primeramente busquemos el reino de Dios y su justicia y luego todas las demás cosas serán añadidas (Mateo 6:33). Todos somos seres en busca de la perfección (esto significa asemejarnos a nuestro creador) es lo que dice la palabra; entonces hagamos lo que nos dice Dios por medio de su palabra.

Hoy deseo para ti un día lleno de bendiciones, gracia y abundancia; que Dios permita que en nosotros nazca un espíritu de búsqueda de la sabiduría; busquemos de todo corazón y de seguro que lo encontraremos. Recuerda que Dios es bueno todo el tiempo, y que todo el tiempo Dios es bueno.

Bendecido resto de día te desean tus amigos de Oloracielo.blogspot.com

 

 

 

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