Ayer
conocí a mi sobrino Daniel; un bebe hermoso por la gracia de Dios; que llegó en
el tiempo que Dios dispuso para mi hermano.
Todo
el tiempo me he preocupado por mis hermanos; vi nacer a dos de ellos y los
ayude a crecer; a mi hermano mayor no lo vi nacer obviamente, pero siempre lo
he cuidado como a los otros dos.
De
vez en cuando medito y repaso la vida de ellos, tratando de ver la mano de Dios
actuar en cada uno de ellos; veo con alegría como Dios ha dirigido sus pasos,
sus trabajos, sus familias, sus vidas espirituales, su entorno, en fin todo.
Es ciertamente una
promesa la palabra de Dios cuando dice en Proverbios 22:6
Instruye al niño en su
camino,
Y aun cuando fuere
viejo no se apartará de él.
Porque
he visto a Dios en cada uno de ellos; la llegada de mi sobrino Daniel, confirma
la promesa de los favores de Dios recibidos en el tiempo oportuno.
Los
niños han de recibir de los adultos que se encuentren a cargo de ellos, las
mismas instrucciones que ellos han recibido; por esto es bueno pedir la
dirección de Dios en cada cosa que pensemos hacer.
Enseñarles
que hay un Dios de amor todo poderoso, perdonador y dador de vida, que nos escucha
y nos ayuda; y esto es indispensable enseñárselos. Asegurándonos de que cuando
ellos estén a cargo de cuidar sus propios hijos, les han de enseñar las cosas
que ellos han aprendido, y que esas cosas sean buenas.
Doy
gracias a Dios por todos mis sobrinos; el señor me ha bendecido y los ha
bendecido a ellos; sé que aun cuando ellos (mis sobrinos) fueren viejos, no se
apartaran del Dios. Pero esto no me exime de la responsabilidad de orar todos
los días de mi vida por ellos y porque la mano de Dios este sobre ellos.
En
el día de hoy pido oración y doy acción de gracia por todos los sobrinos
alrededor del mundo; por todos los niños y los adolescentes que tienen el
privilegio de contar con tíos, padres o familiares que oran por ellos
incansablemente; les aseguro que esas oraciones son las que Dios contesta con
mayor prontitud.
Orar
por nuestros prójimos es mandato divido. Hoy te invito a que continuemos orando
por la familias alrededor del mundo, por los niños, por los adolescentes,
recordando que hoy es el día que nos regaló el Señor para hacer nuestra mayor
demostración de amor; hoy es el día de salvación.
Dios
puede bendecirnos y lo hará, pero recuerda. La vida es un milagro, y el tiempo es
de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario