martes, 30 de junio de 2020

Las obras del ser humano.




 Ennio

Cada vez que nos arrepentimos de hacer algo, es porque quizás tuvimos la oportunidad de hacerlo de otra manera, y puede ser que tal vez hubiéramos obtenidos resultados diferentes. Es cierto que somos responsables de cada acto que cometemos, pero muchas veces nos queremos justificar, diciendo que en ese momento nos dejamos llevar por la ira, la envidia, la maldad, la incomprensión, el engaño, la torpeza, y quien sabe cuántas cosas más.

Aunque existen muchas personas que no son capaces si quiera de meditar en eso; sino, que, a cambio de reflexionar, lo que hacen es que culpan a los demás; No debería ser esa nuestra primera opción, pero, tristemente en más de una ocasión lo hacemos de forma automática.

Debemos pues, tomarnos unos minutos de nuestro valioso tiempo, diariamente, para ponernos a reflexionar en torno al tema de las obras que realizo cada día. A la hora de acostarnos es buen momento para que tomemos unos minutos y platiquemos con nosotros mismo sobre todo lo que hicimos durante todo el día; en qué ayudamos, cómo cooperamos, que hicimos por nuestro prójimo, a quienes alentamos, a quienes escuchamos, a quienes acompañamos, como ayudamos a resolver situaciones difíciles, cuantas personas socorrimos, etc.

En ese momento de intimidad y comunión con nosotros mismos, debemos de (luego de haber reflexionado) invitar a nuestro Dios a que sea parte de esa actividad, para que nos ayude a entender cómo podemos mejorar en nuestra relación con los demás, como podríamos mejorar en nuestra forma de obrar, de hablar, de ayudar; Es importante que depositemos todas esas carencias, dudas y debilidades en las manos de Dios y que aceptemos humildemente que Él nos transforme con su divino poder.

En el libro del evangelio de Juan nos dice cuál es el trabajo del Espíritu Santo: “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. (Juan 16:7-8)”. Él tiene a su cargo el convencernos a nosotros de pecado y hacer que nos acerquemos más a nuestro padre Celestial.

Recordemos que toda obra que hagamos en esta tierra será traída delante de nosotros para juicio, sea esta obra buena o mala; esto está escrito en el libro de Eclesiastés 12:14 “Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.”

Esto no quiere decir que seremos salvo por las obras, recordemos que las obras y el cumplir los mandamientos, son la respuesta a una vida de devoción a Dios y de agradecimiento por su perdón.

Te invito a que meditemos en esto hoy, y recordemos que el que está en Cristo es nueva criatura, y todas las cosas son hechas nuevas. Que tengas un excelente día. 

Bendiciones.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sea tu si, si y sea tu no, no.