jueves, 30 de abril de 2020

Quiero Justicia!


LA IRA DEL HOMBRE!. "Ciertamente la ira del hombre te alabara; Tu ...

Al momento de sentirnos atacados, ultrajados, defraudados, burlados, engañados o menospreciados, es el momento cuando nuestra naturaleza humana nos impulsa a querer tomar la justicia en nuestras manos y hacer cualquier cosa, con tal de ver pagar a nuestro adversario.

Pero hace unos años leí un versículo que me hizo, tal vez, cambiar la perspectiva de la derrota; ese versículo quizás lo has leído infinidad de veces, o tal vez nunca habías escuchado hablar de él; se encuentra en el libro de Santiago 1:20 “porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.”

Cuando se analiza bajo la luz del Espíritu Santo, con un corazón humillado ante el Señor, y observando la ley de Dios, se convierte en una herramienta poderosa; no de desquite, ni de venganza, todo lo contrario, en ese momento puedes ver la tristeza y el vacío que inunda la vida de la persona que fue capaz de hacerte daño.

La tristeza, la soledad, la inconformidad, la impotencia, la sed de venganza, la decepción, entre otros, son sentimientos capaces de hacer que una persona se pueda convertir en un monstruo; sin embargo a nuestro alcance esta la solución para erradicar eso de nuestras vidas, y podremos dejar que la obra de nuestro Señor Jesucristo se haga en nuestras vidas.

Esto lo sabía muy bien el Salmista cuando escribió: “Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará. (Salmos 37:5)”. Ciertamente la ira que sentimos en esos momentos de dolor, no nos deja ver más allá de nuestras frustraciones inmediatas; y nos pueden llevar a un camino de no retorno.

Es importante reconocer el poderío de Dios y depositarnos en El. Nunca nos defraudará, nunca nos dejará solos, nunca dejará nada sin terminarlo. Dios es Dios y es perfecto. Aprendamos pues, a confiar en Él.

Deja hoy que la justicia de Dios sea la que dirija tu vida; si tienes cosas pendientes, que te molestan, porque crees que se quedaran sin resolver, deja que Dios actúe, que tome las riendas, tus cargas y que haga su trabajo; él quiere, solo debes dejarlo trabajar en ti.

Dios te bendiga y te regale un día libre de culpas, de pesares, de sentimientos de insatisfacción, recuerda que Dios es bueno todo el tiempo, y hará justicia por ti. Feliz día.

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Sea tu si, si y sea tu no, no.