martes, 5 de noviembre de 2019

¿Cómo debemos obrar con aquellos cuyas convicciones no coincidan con las nuestras?





Lo primero que debemos entender es que no nos corresponde a nosotros condenarlos y mucho menos juzgarlos.

El Espíritu Santo guía a cada creyente en el camino que debe seguir, según su diseño, y da una conciencia con sensibilidad basada en el conocimiento que tiene de esa persona.

Nuestra tarea (o misión) es buscar y crecer en la verdad, escuchar la dirección personalizada de Dios, y apoyar a otros creyentes en su andar cristiano. Y ¿cómo hacemos esto?, pues pidiendo la dirección del Espíritu Santo y escudriñando las escrituras. Dios nos revelará la verdad, El y sólo El. Recuerda que la Biblia dice: Yo soy el camino, LA VERDAD y la vida (refiriéndose a la búsqueda de la verdad, que es Jesucristo).

Pero este conocimiento no debe llevarnos al envanecimiento ni a la altanería, al contrario, debería hacernos más humildes, y permitirnos llegar más cerca de la gente. Recordando utilizar el método de Jesús.

Veamos lo que dice la escritura en:

1 Corintios 8: 1-3
En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica.
Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo.
Pero si alguno ama a Dios, es conocido por él.

Que el amor del padre, la compañía del hijo y la dirección del Espíritu Santo te acompañe hoy y siempre.

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Sea tu si, si y sea tu no, no.