Las situaciones que causan
frustración, ansiedad y pesadumbre son también las que Dios usa para producir
contentamiento en nosotros. Cuando aprendamos esto entonces estaremos listos
para dejar que el Señor nos enseñe a vivir con gozosa y confianza, así como lo
hizo con el apóstol Pablo.
En realidad, no podemos
evitar todas las situaciones difíciles, ni tampoco podríamos descubrir cómo
enfrentarlas con un espíritu apacible por nosotros mismos así por así. Pero
tranquilo, sin frustración ni ansiedad, quizás no tendríamos la oportunidad de
dejar a Cristo actuar en nuestras vidas, y dejarlo que Él sea nuestro Dios.
Pablo aprendió todo esto, aprendió
a estar contento en todas las circunstancias, buenas y malas, así como lo dice
en su palabra en Filipenses 4:11-12 “No lo digo porque tenga escasez, pues he
aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.
Sé vivir humildemente, y sé
tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como
para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.”
Es un buen ejemplo para
nosotros. Cuando nos sintamos es alguna circunstancia parecida a las que
menciona Pablo, pensemos en esto y reflexionemos en la palabra de Dios,
recordemos todos los favores y misericordia que Dios ha tenido con nosotros, y
digamos a viva voz lo que dice el verso 13: Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece.
Levántate hoy convencido de
esto y permite que la gracia de nuestro Señor Jesucristo te alcance.
Dios te bendiga, feliz día.
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