viernes, 19 de octubre de 2018

¿Qué preferiría usted: la agitación de la ira o la paz de Cristo?

El espíritu airado es contagioso. Puede pasar de una persona a otra, e incluso de una generación a otra. Los lugares de trabajo pueden convertirse en entornos de tensión, llenos de palabras y actitudes cáusticas. La ira convierte a los hogares en campos de batalla de explosiones verbales o de silenciosa hostilidad. Hasta las iglesias sufren de chismes maliciosos y de enfrentamientos.

Por fortuna, Dios se ocupa de cambiar los corazones. Así como podemos llegar a imitar a una persona airada, también podemos imitar la santidad cuando  nos acercamos al Señor. Cristo nos llama a venir, aprender de Él, y encontrar descanso para nuestras almas.

Mateo 11:29 
29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;

Dios desea transformarnos hoy, permítele hacerlo.

Feliz viernes!

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