jueves, 21 de diciembre de 2023

Ardua labor.

 




Es una ardua labor la de predicar el evangelio; en primer lugar, porque para enseñar primero debes aprender, es por esto por lo que debes estudiar mucho; luego debes atesorar tus experiencias, analizarlas y sacar lo mejor de cada una de ellas, pues estas serán tus herramientas para la testificación.

Hasta ahí está todo muy bien, luego debes probar si realmente es bueno, no sólo para ti, sino para los demás también. Esto puedes hacerlo creando una relación muy estrecha con ese al que deseas conocer (en este caso nos referimos a la vida de Jesucristo).

Luego de tener conocimiento y experiencias entonces viene la parte mas bonita, pero a la vez mas difícil; vivir lo que crees, al hacer esto testificas de lo que has aprendido y estudiado y muestras tú compromiso (con esto) ante el mundo. Y ya con todo esto entonces estas preparado para mostrarle al mundo cómo tú lo hiciste y los resultados que obtuviste. Tal vez puedas llegar a ser canal de bendición para tu prójimo.

No nos dejemos amedrentar por la avalancha de cosas malas que diariamente son creadas y distribuidas (sin piedad) para destruir, matar y sacar la palabra de Dios de nuestras mentes y de nuestros corazones.

En el libro de Colosenses 4:2 en adelante nos invita a que permanezcamos constantes en la oración, a que perseveremos en ella, y también nos invita a que oremos por todas aquellas personas que tienen el deseo de compartir el mensaje de esperanza con todas las personas que nos rodean.

Seamos ejemplo de lo que Dios es capaz de hacer con las personas que le aman y le buscan de corazón. Dios te bendiga y te guarde, recuerda que hay Oloracielo.

 

 


De la desorganización a la organización.

  A veces, cuando tenemos mucho estrés, provocado por las muchas horas de trabajo, las pocas horas que dedicamos a dormir, por los compromis...