viernes, 18 de agosto de 2023

¿Le dolerá a Dios el castigo del hombre?

 



Todos los que somos padres, en algún momento de nuestro rol como tal, hemos experimentado la triste decisión de dar un castigo a nuestros hijos, muchos los gradúan, otros los distribuyen en el tiempo, otros son muy severos, algunos son débiles (y en lugar de castigar al hijo, se castigan ellos), pero en definitiva es un momento no agradable ni deseado por nosotros.

Ciertamente quisiéramos que nuestros hijos pasen por este mundo aprendiendo de nuestras experiencias y vivencias para que nada malo le llegue a acontecer; esto se escucha muy bonito, pero en la realidad, nuestros hijos e hijas son responsables de sus propias experiencias y situaciones de vida. Nuestro trabajo consiste en orientarlos, y mostrarles el camino que deberían seguir, al final ellos deciden si seguirlo o no.

Algo parecido sucede en la vida espiritual del ser humano, Dios como nuestro padre, se compadece por nosotros y le duele cada vez que a uno de sus hijos le sucede algo malo, al igual que se regocija cuando a uno de sus hijos llega a experimentar bienestar.

En el libro del profeta Joel nos dice que nuestro Dios es tardo para la ira, grande en misericordia y que se duele del castigo (Joel 2:13); cada vez que uno de sus hijos sufre, a Dios le duele, cada vez que pierde una batalla, a Dios le duele, pero si nos fijamos bien, antes de todo lo malo que le pueda pasar al ser humano, Dios ha dado instrucciones y dirección para que a sus hijos les vaya bien y sean felices, pues ese el fin último de la creación del ser humano, para eso nos creó Dios.

Toda la biblia nos habla a través de todos sus versículos, del amor del padre y de cómo permanecer bajo de la protección divina; el problema es que nosotros no sabemos o no queremos escuchar la voz de Dios. Es por esto que, el castillo llega a nosotros como consecuencia de la desobediencia a las ordenanzas de Dios.

Gracias a Dios la biblia también nos da buenas noticias, para todos aquellos que desean arrepentirse de sus malas actuaciones y quieren servirle de corazón. “Y todo aquel que invocare el nombre de jehová será salvo…” (Joel 2:32).

Hoy te invito a que vengas a los pies de Cristo, que le busquemos en ayuno, lloro y lamento y que invoquemos el nombre de Jehová para salvación nuestra y de nuestras familias. Dios es tardo para la ira, grande en misericordia y se duele del castigo.

Dios te bendiga y te guarde; recuera que hay Oloracielo.

 


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Sea tu si, si y sea tu no, no.