Se
llama inacción a la ausencia de acción. La inacción, por lo
tanto, se asocia a la quietud, la pasividad o la inactividad.
La
inacción de los seres humanos en ciertos aspectos de la vida, provoca que no
podamos percibir, recibir ni disfrutar de todas las cosas que ya Dios tiene
preparado para nosotros. Nunca antes ha sido más necesario alimentar nuestra fe
y fortalecer nuestras esperanzas, con respecto a los elementos o situaciones
que nos rodean.
Cada
vez que hablamos, o accionamos, somos capaces de cambiar trayectorias, al igual
que cuando no lo hacemos. EL solo hecho de dejar de hacer nos convierte en cómplice
de cosas malas que acontezcan a nuestro alrededor.
La
falta de acción, puede provocar que situaciones de diversas naturalezas se
salgan de control y que provoquen incluso, pérdida de vidas; cada vez que abrimos
nuestras bocas para hablar u opinar sobre un tema es igual a cuando hacemos o
dejamos de hacer algo. Es mejor estar apercibido y listo para la acción, en
lugar de que seamos acusados de complicidad, cuando ni siquiera hemos movido un
centímetro de nuestro cuerpo para algo.
Seremos
los responsables del cambio favorable o no de nuestro entorno, de nuestra economía,
de nuestra sociedad; aunque no estemos ocupando posiciones de relevancia dentro
de los estándares gubernamentales, seremos los responsables de permitir o no
que el futuro de nuestro país cambie para bien o para mal.
Estoy
segura que al igual que yo, te gustaría que todo cambiara para bien, que los
vientos soplen a favor de nuestra hermosa Republica Dominicana y que podamos
volver a tener un país donde se pueda caminar libremente por las calles de
nuestras ciudades, en donde la gente cante y sonría, con esa alegría que
siempre ha caracterizado a los dominicanos.
Dios
siempre ha estado al control de todo lo que ocurre aquí, lo creas o no; Dios ha
permitido que nos levantemos cada vez que hemos sido golpeados, incluso por la
misma naturaleza. Da un pequeño repaso por nuestra historia, y veras que somos
un pueblo muy amado por Dios.
Levántate
hoy, con la convicción y la certeza de que con tus acciones puedes ayudar a
construir un mañana mejor para nuestra nación; levántate con la fe de que Dios está
ahí para acompañarte, dirigirte y bendecirte. ¡Vamos levántate, deja de quejarte y comienza a actuar!, Dios te está
esperando para bendecirte. Feliz día te desean tus amigos de oloracielo.blogspot.com