Templanza, podemos definirlas
con estos términos:
Moderación, sobriedad,
continencia, serenidad y autocontrol.
Diariamente nos ocurren
situaciones de las cuales, en ocasiones quisiéramos escapar, desaparecer, o
simplemente deseamos que no hubiesen ocurrido nunca en verdad.
Pero lamento decirte que esos
momentos son necesarios para nuestras vidas. Luego de un fracaso, aprendemos
nuevas técnicas para evitar repetir los errores cometidos, y de alguna manera
no volver a tener resultados no deseados, en algunas cosas que hayamos hecho.
En ese mismo sentido, cuando
nos desalentamos espiritualmente, porque sentimos que Dios nos ha abandonado, o
simplemente ya no nos escucha, no sentimos su amor, cuidado y protección; sino
que sentimos como si nos estuviera reprendiendo por lo malo que hemos hecho
durante toda nuestra vida; es en ese momento cuando más necesitamos practicar
la templanza.
Este atributo no es tan difícil
de modelar en nuestras vidas; de hecho, Dios a través de Jesucristo nos mostró
el ejemplo más hermoso y practico que podemos imitar. Jesucristo, a pesar de
todo el desprecio que recibió de parte de sus allegados, a pesar de haber
sufrido tanto dolor a causa de su forma de pensar, actuar, hablar, incluso de
tratar con las personas que a la vista de muchos no debió Jesús nunca acercarse
a ellos.
Pero como Dios es Dios, y por
amor envió a Jesucristo, a mostrarnos el gran amor del Padre, a mostrarnos que,
si se puede vivir una vida en santidad, a mostrarnos que el perdón es real y
que se puede otorgar de muchas formas, muchas veces y a muchas personas; es por
eso que hoy quiero que meditemos en la templanza.
Con ella aprenderemos a ver
las cosas de otra manera, aprenderemos a encontrar soluciones diferente a
situaciones iguales o similares; también aprenderemos a que, si podemos ser
cada día, mejores seres humanos.
A pesar de recibir (al igual
que lo hizo Jesucristo) toda clase de oposición, maltrato y acusaciones), es
importante conocer, estudiar, analizar y practicar la templanza en nuestras
vidas (como también Él la practico).
Te aseguro que los resultados
de esta práctica serán de gran beneficio para ti, y también para las personas
que te rodean; no te desanimes, sigue siempre mirando hacia delante; animo, que
Dios está a nuestro favor.
Recuerda que hay Oloracielo,
bendiciones.