martes, 14 de diciembre de 2021

¿Porqué no cambiamos?

 



Cuando nacemos, llegamos a nuestras familias con una memoria vacía, pero esta memoria tiene gran capacidad de almacenamiento. Este almacenamiento, lo vamos llenando al pasar de los días que vivimos y de las experiencias que acumulamos; vamos guardando tantos buenos como malos recuerdos. Todo esto se convierte en el combustible que utilizamos al crecer para empujarnos a ser, dar y recibir.

Depende de nosotros, de cómo asimilemos todas esas vivencias y experiencias, que vamos a forjar y trazar el camino que transitaremos durante nuestra adultez y vejez. Muchos de nosotros no nos damos cuenta de que, a pesar de tener un banco de datos amplio y lleno de cuantas cosas experimentamos a diario, solemos entretenernos y elegir siempre las mismas cosas, que casi siempre nos hacen sentir en nuestra zona de confort.

Esta zona de confort nos ayudara a sentirnos cómodos y seguros, pero muchas veces el desenlace o final de ese camino será la soledad. La vida misma, día a día, va cambiando, se va transformando, va dándonos nuevas oportunidades de aprender, de vivir, de experimentar cosas nuevas, de conocer personas, de pasar por situaciones para que aprendamos de ellas, de quitarnos cosas para que aprendamos a vivir sin ellas, y de que seamos capaces de buscar nuevos horizontes; pero lamentablemente, pocos llegamos a entender, a escuchar y a ver esas oportunidades.

No cambiamos como deberíamos hacerlo, porque nos gusta la comodidad de nuestra zona, es allí donde nos sentimos seguros, resguardados, fuertes, invencibles. Pero en realidad, cada año que pasa, es una oportunidad para poder cambiar; para que aprendamos a examinarnos, dejando de lado la típica frase popular que dice "Yo soy así, y nadie me va a cambiar"; es cierto, nadie nos va a cambiar, por eso es que debemos hacerlo nosotros mismos,

Este cambio del cual les hablo, es un cambio hacia la perfección, buscando asemejarnos a la figura de Jesucristo; el cual vivió y murió dándonos ejemplo de una vida llena de propósitos, llena de amigos, de enemigos, de días buenos, de días malos, pero que sin duda dejo un legado extraordinario, el cual permanece todavía hoy a más de 1,900 años. ¿Habías escuchado hablar alguna vez de un legado que permanezca vigente por tanto tiempo? creo que no; y por esto estoy segura de que es algo bueno.

Aprovechemos esta época de fin de año para reflexionar, meditar, cuestionarnos a nosotros mismos, para darnos cuenta de aquellas cosas que hacemos o decimos que no nos permiten avanzar, que nos mantienen estancados, que no nos permite vivir una vida a plenitud; que nos engaña pensando que estamos bien, pero al final del día nos damos cuenta que estamos solos; y que la mente nos juega una mala jugada haciéndonos creer que la soledad es buena compañía (nada más lejos de la verdad que esto).

En el principio creo Dios los cielos y la tierra, y dice la palabra, que estaba desordenada y vacía; al culminar la creación, y para cerrar con broche de oro, Dios creo al Hombre y a la mujer, no queriendo nunca que estuvieran solos. Entonces hagamos este ejercicio, miremos qué cosas nos están haciendo alejar de nuestros seres queridos; cómo puedo armonizar con las cosas que me rodean; cómo puedo dejar a un lado el egoísmo y entender que necesito de otras personas, que el mundo está lleno de personas, que no soy el único ser que lo habita, y que todo no gira alrededor de mí; que existen formas diferentes de hacer las cosas, y que pueden tener mejores resultados de como yo estoy acostumbrado a hacerlas.

Date una oportunidad, cambiemos para mejorar; transformemos nuestra vida, y te aseguro que en esa misma medida será transformado nuestro entorno; tengamos una mejor calidad de vida de adentro (espiritualmente) hacia afuera (físicamente); forjemos un mejor futuro (queriendo ser parte de ese futuro),

Dios está siempre dispuesto a ayudarnos, esta no será la excepción; búscale, pídele en oración que te ayude, y disfruta de la plenitud de una vida con propósito. Dios te bendiga hoy y siempre.  

 

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. Josué 1:9


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Sea tu si, si y sea tu no, no.