sábado, 22 de febrero de 2020

Vamos a construir juntos….




Desde muy pequeña tenía muy claro que quería llegar a ser una gran profesional, tener mi propio espacio de trabajo, ganar dinero y ayudar a los que me necesitaran. Pensaba que todo esto lo haría ejerciendo la profesión que durante muchos años dije que ejercería, que era la pediatría.

Pero al llegar al segundo grado de bachillerato, empecé a interesarme mucho en los números y extrañamente en la historia. Digo extrañamente porque la historia y los números en el área profesional no tienen muchas cosas en común (o por lo menos eso creo yo). Luego, cursando el cuarto de bachillerato, mi profesor de matemáticas empezó a alimenta mucho más la pasión que ya había comenzado a crecer en mí, me gustaba mucho como el profesor Ramón Castro explicaba la clase, lo entendía a la perfección, y fue tanto mi emoción por los números, que empecé a juntarme con una amiga que estaba en otra sección, pero que era mi vecina y también tomaba clases de matemática con el profe. Esa amiga era súper inteligente, y siempre estaba dispuesta a estudiar conmigo. Pasábamos muchas horas estudiando y practicando todos los ejercicios y problema que se nos planteaban en el Colegio. Nos preparamos tan bien que cuando tomamos las pruebas nacionales, fuimos seleccionadas dentro del grupo de las mejores calificaciones (gloria a Dios).

Al salir del cole, el profesor me comento que a él le parecía que me podría ir muy bien en el área de Contabilidad, y yo desde luego y como me gustaban los números, elegí la carrera de Contabilidad, además en mi familia habían Abogados, Médicos, Ingenieros, Arquitectos, Licenciados en Informática, etc., pero extrañamente (de los parientes jóvenes) no conocía un Contador. Pues me embarqué en la aventura de estudiar Contabilidad y todos los empleos por los que pasaba estaban relacionados con los números (que bendición).

Tiempo después (mucho tiempo después) empezó a llamarme mucho la atención la historia, la política, y todo lo relacionado con el ámbito social; Tanto así que me plantee seriamente el hecho de ponerme a estudiar Derecho; Pensé: bueno ya tengo mi familia, tengo años y experiencia acumulada de la carrera de Contabilidad y… quería incursionar en algo nuevo.

Pues así lo hice, me inscribí a estudiar Derecho (una carrera más larga aun que la de Contabilidad). Al comienzo de la carrera comencé a ver lo apasionante que era para mí todo lo relacionado al Derecho, y me pregunte: ¿Por qué no estudie esto antes?, me di cuenta que dentro de mi había algo que no me permitía ser parecida a nadie más, no quería ser una más del montón (decía yo, pues eran muchos más los Abogados en la familia que los de otra profesión).

Así que comencé a estudiar y a adentrarme al mundo de la Abogacía a tal punto que hoy ya estoy trabajando en el monográfico de mi segunda carrera. Hasta ahora lo que has podido ver o imaginarte a través de esta lectura se ve bonito, se ve bien, se ve fácil; Pero déjame decirte que durante los años que transcurrieron desde que Salí del colegio hasta hoy, he tenido que ver mi vida envuelta en situaciones difíciles, llena de angustia, sacrificio, carencias, decepciones, soledad, enfermedad, etc… todo lo que puedas imaginarte que le pueda pasar a una persona, que le sean razones suficientes para detenerse, renunciar a todo y desistir de los sueños que pueda tener.

En el transcurso de todos esos años, conocí a Jesucristo, no como te lo presentan las costumbres de la mayoría de las familias Dominicanas; lo conocí de forma diferente, y desde entonces Él ha sido testigo de todos mis altibajos, de todas mis frustraciones, de todos mis desencantos, de las veces que me han engañado, mentido, calumniado… pero también ha sido testigo y protagonista de todos los momento de felicidad que he experimentado, como por ejemplo el nacimiento y crianza da cada uno de mis hijos, ellos han sido un milagro de Dios en versiones diferentes.

 Al parecer quería el reconocimiento de alguien, o que quizás alguien me dijera "lo has hecho muy bien", pero eso no ocurría y por eso nunca me detuve, ni a tomar impulso. Pero a pesar de todo esto, pude descubrir, que yo ya era diferente, que Dios me había transformado desde el momento en que le conocí y le entregue mi corazón. Tanto así, que haga lo que haga, Él nunca me abandona, nunca me ha dejado sola, pues entiendo que no he sido yo con fuerzas humanas que he logrado todo lo que me he propuesto. El ser humano busca siempre el reconocimiento de sus semejantes, amigos o parientes, yo tenía ya algo más importante que eso, el amor de Dios, por lo que ya no necesitaba el reconocimiento de nadie mas.

Conseguí tener lo que desde mi niñez soñaba, me costó mucho claro está, y todavía me está costando mucho (con demasiado como dicen los jóvenes), pero independientemente de todos los pedazos rotos y de todas mis heridas (por haber caminado convencida de que se puede ser diferente cuando en ti habita el poder de Dios, cuando la manifestación de Espíritu Santo toca tu vida día a día), que me levanto a diario con el deseo de continuar, y cuando no tengo fuerzas, Dios me la da, no me permito rendirme, pues este mundo necesita gente diferente.

Hace un tiempo leyendo un libro me encontré con unas frases con las cuales me identifico enormemente y dicen: “frente a algunos acontecimientos de la vida, solo podrás permanecer de pie gracias al sustento que viene de Dios” y a pesar de que “…toda obra de excelencia provoca la envidia del hombre contra su prójimo…” yo he entendido que “Dios usara tus momentos más oscuros, para sacar de ellos tus mejores mensajes”… y estoy segura de que “Los procesos, son permitidos por el Señor, para formarnos y equiparnos, para lo que más adelante, Él ha determinado entregarnos…”. (Lo escrito entre comillas y en negrita está en el libro “Reconstruye con los Pedazos”.

Por eso, hoy te invito a construir juntos un mejor hogar, un mejor vecindario, un mejor lugar de trabajo, una mejor ciudad, una mejor región, un mejor país, un mejor mundo, para nosotros y para nuestros descendientes. Permite que el amor de Dios te alcance (no de boca, no digas que ya lo conoces), vive plenamente como Dios quiere que vivamos, amate para que puedas amar a los demás, no importa las veces que te hayan fallado…. Recuerda que “Cuando asciendes en el mundo físico, debes también fortalecer tu vida espiritual”. (Yesenia Then). Fortalecerte con el estudio de la palabra de Dios y con la oración es la mejor opción.

Que tengas un excelente día, y recuerda, no importa lo que veas, enfócate en lo que Dios quiere para ti. Si no lo sabes aún, pídele que te lo revele y El lo hará, por amor a su nombre.

Bendiciones de oloracielo.blogspot.com para ti.


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Sea tu si, si y sea tu no, no.