miércoles, 29 de enero de 2025
El poder de la oración.
La oración es el acto de hablar con
Dios; pero algo tan sencillo, muchas veces se puede convertir en algo confuso,
rutinario o desgastante; Siempre he estado consiente de que Dios escucha las
oraciones de sus hijos, pero no fue algunos años después de haberme bautizado,
cuando comprendí que Dios tiene muchas formas de contestar, es todo un
caballero y contesta siempre; el problema es que muchas veces no nos gustan sus
respuestas.
Para poder entender y aceptar las
respuestas de Dios a nuestras oraciones, se necesita un alto grado de
discernimiento espiritual, de comunicación con Dios, de oración, de estudio de
la palabra, pero sobre todo de rendir nuestro corazón, deseos, pensamientos y
acciones a nuestro Dios; en el momento que logramos encaminar nuestra vida y
ponerla en sintonía con nuestro Hacedor, es el momento entonces cuando
empezamos a escuchar, y entender las respuestas que Dios tiene y da a nuestras
oraciones.
Los que somos padres y/o madres, sabemos
que no todo lo que nuestros hijos nos piden podemos ni debemos darlo; la
situación espiritual no es diferente, es por esto que la biblia hace una comparación
del amor de Dios (similitud) con el amor de los padres para con sus hijos,
dice: ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una
piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros,
siendo malos, sabéis dar buenas dadivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro
Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mateo
7:9-11)
Dios está dispuesto siempre a darnos lo
que necesitamos, a escucharnos y a contestar nuestras oraciones. Es por esto
que, debemos preparar nuestros corazones y nuestra vida espiritual, alinearlas
con los preceptos de nuestro Dios, conocerle y amarle de todo corazón para
poder saber identificar la voz de Dios cuando responde a nuestras oraciones;
teniendo la certeza de que El, como padre amoroso, lo hará.
La invitación del día de hoy es para que
preparemos nuestra vida espiritual y nos acerquemos un poco más a Jesucristo,
por medio del estudio de la biblia, la oración y la comunión con los demás, con
la finalidad de que nuestros sentidos están preparados para poder identificar y
aceptar las respuestas de Dios a nuestras oraciones.
Deja que Dios sea quien dirija tus
pensamientos, palabras, sentimientos, acciones y todo lo que hoy involucre tu
voluntad; entrégale a Él tu corazón e invítalo a que viva en ti; acepta su
amor, perdón y la misericordia de sus respuestas.
Oración del día: Bendito Dios, Padre eterno y
misericordioso; hoy quiero entregarte mi vida por completo, para que la
transformes y me permitas poder escuchar, comprender y aceptar tus respuestas a
cada una de mis oraciones. Hoy quiero conocerte más, amarte más y dejar que
puedas dirigir con amor todo lo que hay en mí; en el nombre de Jesucristo,
Amen.
Dios te bendiga, Dios te guarde,
recuerda que hay Oloracielo.
miércoles, 8 de enero de 2025
Necesidad de aprobación.
La necesidad de aprobación se refiere al
deseo o impulso de obtener reconocimiento, aceptación o validación (en alguna
forma visible y/o palpable) de los demás. Esta necesidad es natural hasta
cierto punto, ya que los seres humanos somos seres sociales y buscamos
pertenecer a un grupo. Sin embargo, cuando esta necesidad sobre pasa los
limites naturales del ser y se convierte en una excesiva obsesión, puede
manifestarse y/o desencadenar en dependencia emocional, inseguridad, o una
constante búsqueda de validación externa. Las personas con una alta necesidad
de aprobación pueden, podemos llegar a invalidarnos a nosotros mismos; esto
puede llevar a manifestaciones como:
- Modificar
su comportamiento para agradar a otros.
- Temer al
rechazo o al conflicto.
- Evitar
expresar opiniones propias por miedo a ser criticadas. Entre muchas otras.
Desde una perspectiva de desarrollo
personal, una dependencia extrema de la aprobación externa puede limitar la
autonomía, la autoestima y la autenticidad de una persona; puede llegar a dañar
ese diseño perfecto que Dios creo en ti y en mí. Y esto definitivamente sucede
cuando no estamos en armonía interna.
La Biblia habla sobre la necesidad de
aprobación
La Biblia aborda el tema de la
aprobación enfocándose en la relación del ser humano con Dios.
- Buscar
la aprobación de Dios, no de los hombres:
En Gálatas 1:10, el apóstol
Pablo escribe sobre el tema, resaltando una confrontación interna con el propio
"yo" del hombre, buscando la respuesta a una verdadera relación de
amor con nuestro creador:
“¿Acaso busco ahora la aprobación de los hombres, o la de Dios? ¿O estoy
tratando de agradar a los hombres? Si yo todavía estuviera tratando de agradar
a los hombres, no sería siervo de Cristo.”
Este versículo subraya la idea y
convicción de que la verdadera satisfacción y propósito del hombre, debería
estar fundamentada en esa aprobación que vienen de parte de Dios por el hecho
de agradar a Dios, no de depender de la aprobación de otros.
- La
identidad en Cristo:
La Biblia enseña que nuestra valía no
depende de lo que otros piensen de nosotros, sino de nuestra identidad como
hijos de Dios. En Efesios 1:4-5, se menciona que hemos sido
escogidos y amados por Dios desde antes de la creación del mundo. Esto sugiere
que la aceptación divina es suficiente y no necesitamos buscar, de ninguna otra
fuente, constantemente la validación externa.
- Evitar
el temor al hombre:
En Proverbios 29:25 se
nos advierte sobre este tema:
“El temor del hombre pondrá lazo; más el
que confía en Jehová será exaltado.”
Esto implica que depender, en alguna
forma, demasiado de la opinión de los demás puede llevar a la esclavitud
emocional, a la frustración, la desvaloración y autodestrucción; mientras que
confiar en Dios trae libertad a todo ser humano, fortalece nuestro espíritu y
nos hace vivir mejor. La finalidad del amor incondicional de Dios es que
podamos amarnos de tal manera que podamos amar a nuestro prójimo, teniendo solo
como referencia el amor de Dios; esta debe ser nuestra validación.
La invitación del día de hoy es para que
aprendamos a ver nuestro valor, a no depender de la aprobación de nadie más,
que no sea la de Dios; no aceptes los conceptos erróneos que los demás, en sus
propias carencias, han definido de ti. Eres una joya valiosa para Dios, tanto
que envió a su unigénito a morir en una cruz por ti y por mí, sin merecerlo.
Se valiente, esfuérzate por conocer y
estar más cerca de Dios cada día; acepta tu valor, ese valor que Dios definió desde
que naciste. Valídate desde la perspectiva de Dios; elige estructurar tus
ideas, pensamientos, palabras y acciones bajo la dirección del Espíritu Santo;
no te hagas adicto a la idea, deseo o identidad de los demás.
Amate, valídate, acéptate, valórate y respétate;
que los comentarios de los demás no te definan; recuerda y reconoce el valor y
el poder de Dios en ti. Escribe tu propia historia, entendiendo y aceptando lo
que escribes, porque vas a tener que volverla a leer en algún otro momento.
Dios te bendiga y te guarte, y que la
luz de Cristo ilumine cada día de tu vida y dirija cada acción, pensamiento o
palabra; y que tus sentimientos estén sostenidos por la mano de Dios Padre todo
poderoso.
Oración del día: Padre bueno, poderoso y misericordioso,
Enséñame a amarme como tú me amas y a poder amar a los demás como yo me amo; que
yo esté en armonía con tus ideales para mí, y que tu aprobación me baste. Ayúdame
a reconocer mi verdadera esencia. En el nombre de Cristo Jesús. Amen.
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