jueves, 24 de febrero de 2022

Prioridades.

 



Hoy en día es muy común ver la gente correr de aquí para allá y de allá para acá, sin descanso, sin sosiego; esto es porque pertenecemos al mundo de la inmediatez; casi siempre estamos yendo rápido camino al trabajo, rápido camino a la escuela, rápido camino a la universidad, comenzando a cocinar temprano porque el tiempo no nos alcanza, y en eso se nos está pasando la vida.

Nunca encontramos tiempo para visitar un amigo, para hacer una llamada a un ser querido que está lejos de nosotros; no nos detenemos a apreciar la belleza de nuestros campos, de nuestros ríos, de nuestros niños, de nuestros adolescentes, de nuestros adultos mayores.

Mas bien, juzgamos a todos por igual cuando recibimos o vemos una mala acción en algunos de esos escenarios mencionados anteriormente. Siempre estamos viendo el vaso medio vacío; decimos “la juventud está en droga, los niños están perdiendo el tiempo en el internet, aprendiendo mañas, los adultos mayores están fastidiando a los que les rodean, el mar esta sucio, los ríos están feos, no hay casi árboles”, etc. 

Es y ha sido siempre más fácil ver el vaso medio vacío; estamos especializados en quejas y lamentos; si nos tocó un ambiente familiar no muy bueno, entonces le cargamos la culpa de que no nos esté yendo bien; si nuestros padres no nos dedican tiempo, entonces los culpamos de todo los que nos pasa en las calles; Si nos cancelan del trabajo es que el jefe era demasiado exigente y quería explotarme, y en eso también se nos va la vida.

Pero que diferente seria si en vez de quejarnos o quedarnos en nuestra zona de confort, decidiéramos hoy levantarnos y dejar de juzgar y echar la culpa a los que nos rodean por las cosas que nos suceden; si nos levantamos y decidimos hacer las cosas diferentes, para poder obtener resultados diferentes; si nos espabilamos y decidimos cooperar con nuestro planeta; si nos ponemos la ropa de la actitud correcta y ayudamos a aquellos que necesitan ayuda.

Hay alguien hoy que está deprimido, abatido, angustiado, cansado, desolado, triste, que, quizás solo necesita un abrazo, o una palabra de esperanza; se transmisor de esas buenas nuevas; ayúdales a cambiar, recordando que para hacer eso, necesitas cambiar tu primero.

Se paciente, ten esperanza, se positivo, regala una sonrisa, da un abrazo, y permite que los demás también lo sean contigo. Que, dentro de tus prioridades de este día, este el hacer el bien sin mirar a quien y el de fortaleces tu fe por medio de la esperanza en Dios; cree fervientemente que podemos tener un mejor hogar, un mejor vecindario, un mejor ambiente de trabajo, un mejor espacio de estudio, un mejor país, un mejor mundo.

Levántate, resplandece, porque ha llegado tu luz y la gloria del SEÑOR ha amanecido sobre ti (Isaías 60:1), este es el verso bíblico que quiero regalarte hoy; recordarte también que Dios es bueno todo el tiempo, y que despiertes y te muevas porque hay Olor a cielo. Bendiciones.

 


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Sea tu si, si y sea tu no, no.