En
la vida encontraremos muchas personas que al preguntarles por qué están
enojados, o porque no le hablan a fulano o porque no visitan a perencejo, te
contestaran "es que todavía me duele" lo que me hizo, o lo que dijo,
o lo que no hizo... esto suele ser normal en el mundo real, pero en el mundo
ideal, el mundo que Dios creo para nosotros y el cual quiere que nosotros
vivamos y disfrutemos, no es así.
Tristemente
nos pasamos la vida revolcándonos en los pensamientos de dolor que, en las
experiencias de alegría, gozo y jubilo; somos dados a compartir sentimientos y
experiencias negativas más que las vivencias alegres y las satisfacciones de la
vida; es como si no tuviéramos esas experiencias.
Es
por esto que cada día, tal como lo dice la biblia, trae su propio afán, y tiene
un principio y un fin; al comenzar nos recuerda que tenemos 24 horas llenas de oportunidades
que es responsabilidad de nosotros administrarlas sabiamente, o aceptarlas
conforme. Durante esas 24 horas somos responsables de establecer metas,
tiempos, límites y estrategias; las cuales debemos de utilizarlas para esparcir
el amor de Cristo; con esto podríamos alivianar el dolor de nuestros hermanos,
que no saben cómo dejar de sufrir, o como dejar de quejarse por las cosas de
las cuales no tienen control.
Deposita
tus cargas en los brazos amorosos de Jesucristo, Él está dispuesto a llevar
nuestras cargas, a alivianar nuestro camino, e incluso a brindarnos la
oportunidad de ser canal de bendición para los que nos rodean.
Recuerda
que Dios es bueno todo el tiempo, todo el tiempo Dios es bueno.
Bendiciones,