martes, 5 de octubre de 2021

Todavía me duele.

 



En la vida encontraremos muchas personas que al preguntarles por qué están enojados, o porque no le hablan a fulano o porque no visitan a perencejo, te contestaran "es que todavía me duele" lo que me hizo, o lo que dijo, o lo que no hizo... esto suele ser normal en el mundo real, pero en el mundo ideal, el mundo que Dios creo para nosotros y el cual quiere que nosotros vivamos y disfrutemos, no es así.

Tristemente nos pasamos la vida revolcándonos en los pensamientos de dolor que, en las experiencias de alegría, gozo y jubilo; somos dados a compartir sentimientos y experiencias negativas más que las vivencias alegres y las satisfacciones de la vida; es como si no tuviéramos esas experiencias.

Es por esto que cada día, tal como lo dice la biblia, trae su propio afán, y tiene un principio y un fin; al comenzar nos recuerda que tenemos 24 horas llenas de oportunidades que es responsabilidad de nosotros administrarlas sabiamente, o aceptarlas conforme. Durante esas 24 horas somos responsables de establecer metas, tiempos, límites y estrategias; las cuales debemos de utilizarlas para esparcir el amor de Cristo; con esto podríamos alivianar el dolor de nuestros hermanos, que no saben cómo dejar de sufrir, o como dejar de quejarse por las cosas de las cuales no tienen control.

Deposita tus cargas en los brazos amorosos de Jesucristo, Él está dispuesto a llevar nuestras cargas, a alivianar nuestro camino, e incluso a brindarnos la oportunidad de ser canal de bendición para los que nos rodean. 

Recuerda que Dios es bueno todo el tiempo, todo el tiempo Dios es bueno. 

Bendiciones, 

 


¿Qué significa ser «piedra de tropiezo»?

 



Significa dar un mal ejemplo de lo que es «ser cristiano» a las personas que te están observando.

Amar a otras personas es algo más difícil de lo que parece, aunque no lo creas. Las personas diariamente nos decepcionan, se interponen en nuestro camino, hieren nuestros sentimientos, nos malentienden y hablan a nuestras espaldas. Pero, aun así, esto no debe ser motivo para convertirnos en piedra de tropiezo de nadie.

Debemos amar incondicionalmente, tal como Dios nos ama, sin importar si nos hacen el bien o nos hacen el mal; esto nos dará la paz espiritual que necesitamos en la actualidad; en medio de tantas prisas, la desesperación y confusión se ponen a la orden del día, y nos llevan a cometer errores incorregibles; centremos pues nuestro esfuerzo en recibir y dar la paz y el amor de Dios, lo cual lo hacemos al permitir que ese mismo amor fluya hacia los demás.

Recuerda que siempre puede haber alguien observando lo que dices y haces, por eso no seas piedra de tropiezo para ellos, sino un buen hijo de Dios que muestre su amor a los demás como hacía Jesucristo. Dios siempre nos mira, nos ama y nos perdona.

Bendecido día.


De la desorganización a la organización.

  A veces, cuando tenemos mucho estrés, provocado por las muchas horas de trabajo, las pocas horas que dedicamos a dormir, por los compromis...