martes, 31 de julio de 2018

La fe...

Hebreos 11:1-3 



1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.
Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.
POR ESO…

Por eso, Aunque en este mundo tú padezcas tanto,

 sin saber porque, aunque en cada paso te acompañe

 el llanto, y toda tu vida sea un largo quebranto, no

pierdas la fe.


Aunque solo penas, dolor y tristeza te dé, aunque en 

torno tuyo no encuentres dulzura, no te consideres la

más vil creatura, y no pierdas la fe, piensa que te 

espera un mundo más puro aunque no se ve, no 

importa que tu andar sea sucio e inseguro, y que tu 

senda sea triste y oscura, no pierdas la fe. Aunque 

triste y oscuro y lleno de tinieblas tu camino este, 

recórrelo alegre, alza tu mirada, porque es triunfante 

tu larga jornada, y no pierdas, nunca pierdas la fe. 

A.C.

viernes, 27 de julio de 2018

«Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina; pero yo voy contra ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mis manos, yo te venceré y te cortaré la cabeza. Y hoy mismo entregaré tu cuerpo y los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra, y sabrá toda la tierra que hay Dios en Israel. Y toda esta congregación sabrá que Jehová no salva con espada ni con lanza, porque de Jehová es la batalla y él os entregará en nuestras manos» (1 Samuel 17:45-47).

El Señor no actúa con fuerza ni con ejércitos humanos, sino con su gran poder. Cuando nos ocultamos bajo la sombra del Omnipotente y nos cobijamos en sus brazos, entonces «somos». Que en este día seamos vencedores y triunfemos sobres las huestes del mal.

jueves, 26 de julio de 2018

Ayuda y escudo es JEHOVA... Olor a Cielo





  Israel, ¡confía en Jehová!
    Él es tu ayuda y tu escudo. Salmos 115:9 


Yo no se de mañana, pero hoy yo sé que JEHOVA es mi ayuda y escudo...

miércoles, 25 de julio de 2018

NUESTRA ANCLA EN TIEMPOS TORMENTOSOS


Todos experimentamos tormentas. Ya sea que se trate de eventos meteorológicos, traumas emocionales o crisis en nuestro entorno, todos nos enfrentamos a circunstancias sobre las cuales tenemos poco control. Algunas tormentas terminan con rapidez, mientras que otras parecen interminables. Algunas tempestades causan poco daño, pero otras dejan una gran devastación a su paso.
 - ¿De dónde vienen estas tormentas? A veces, las atraemos por las decisiones que tomamos, pero en otras ocasiones son causadas por las acciones de otra persona. Incluso puede ser que el diablo haya provocado algún problema para distraernos o hacernos daño. Y hay momentos en que el trabajo de Dios en nuestra vida requiere una tormenta para cumplir un propósito especial.
¿Por qué permite el Señor tormentas en nuestra vida? Las dificultades tienden a hacer que nos enfoquemos en Dios. O bien comenzamos a cuestionarlo, o bien le pedimos ayuda y fortaleza. Quizás quiera nuestra atención porque hay un pecado con el que tenemos que lidiar. O tal vez quiere que abandonemos algo para rendirnos a Él. Puede ser que desee conformarnos a su imagen (Ro 8.29), o equiparnos para servirle.
¿Cómo reaccionamos en medio de las tormentas? Cuando luchamos con Dios porque no nos gustan las dificultades por las que estamos pasando, demostramos falta de confianza en Él. En vez de tener la seguridad de que está trabajando para bendecirnos, podemos creer erróneamente que está tratando de hacernos daño. En esos momentos, conocer las Sagradas Escrituras es crucial para el creyente. La Palabra de Dios es ancla inconmovible en las tormentas. Podemos confiar en ella porque, al igual que Dios, ¡nunca cambia!

 Hermosa meditación...

De la desorganización a la organización.

  A veces, cuando tenemos mucho estrés, provocado por las muchas horas de trabajo, las pocas horas que dedicamos a dormir, por los compromis...